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Cuando una creación musical gusta
y cautiva al público de manera especial, esta acaba siendo tocada y versionada
mil y una veces por profesionales y aficionados, es una forma de expresar
el reconocimiento al brillo ajeno, de mantener sus vibraciones a lo largo
del tiempo, de aportar nuevos sabores a un plato estrella. Si la
actuación de los servicios públicos en un momento de emergencia como el vivido
en el grave accidente ferroviario ocurrido en Galicia, está
siendo motivo de satisfacción colectiva por el nivel de entrega y sensibilidad
puesto de manifiesto en el mismo, ¿no sería conveniente establecer una
reflexión social acerca de la negativa valoración que en los últimos tiempos y
no en pocas ocasiones, se lleva a cabo sobre la función y el trabajo
desempeñado por los empleados e instituciones públicas?
No es lo mismo reclamar una
gestión nítida, honesta, eficaz del dinero pagado por los contribuyentes, que
emborronar o romper las partituras de cobertura, atención y desarrollo social
cuyas melodías proporcionan seguridad y bienestar a la ciudadanía.