martes, 28 de octubre de 2014

Erosión de la ingenuidad

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La ingenuidad es algo que va erosionándose con el paso del tiempo, sufriendo el desgaste causado por la acción continuada de agentes como el cinismo, la deslealtad, la arbitrariedad, el clientelismo o la avaricia. Es difícil que, a cierta altura de la vida,  la catedral de la utopía y los sueños levantada en la adolescencia y juventud permanezca inalterable ante el  choque y  el azote intenso e insistente de las desvergüenzas, inmoralidades e injusticias presentes de manera dominante en la realidad política, económica y social. Sin embargo, la pérdida de inocencia y confianza de nuestros hijos respecto a las promesas y cantos de la política está teniendo lugar de forma prematura, al darse de narices con una verdad hostil y frustrante, con un proyecto de sociedad que les conduce hacia situaciones más desfavorables que las de sus progenitores, a caminar marcha atrás. Aunque como la juventud es fuente de fuerza, ilusión e iniciativa,  en vez de mantener una actitud de abandono y resignación  ante el horizonte planificado, parece que los jóvenes han decidido introducirse en el terreno de juego de la política con la intención de  reprogramar un sistema que no les seduce ni entusiasma. Y tampoco a los padres.

 

miércoles, 22 de octubre de 2014

No son aves rapaces

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Aunque se las haya intentado relacionar con aves rapaces expertas en la  caza de suculentos productos financieros, en buena parte  se trata de personas que, por distintas razones, no acudieron durante mucho tiempo al colegio;  que han trabajado por un espacio de treinta, cuarenta o cincuenta años en la mar, el comercio, la construcción,  el metal o la limpieza y hasta fueron objeto de un reconocimiento y modesto premio por el largo periodo de tiempo acumulado desempeñando tareas en la misma compañía; que han vivido con sencillez  e incluso ciertas restricciones con el propósito de tener unos ahorros para afrontar gastos imprevistos o como complemento económico a la modesta pensión previsible en la jubilación; y que depositaron la confianza en la profesionalidad y buena fe de las manos que guardaban y gestionaban sus huchas desde hacía décadas. Eufemísticamente son llamados preferentistas, pero son humildes ciudadanos de a pie a los que, después de currar  con honradez y mayor o menor penosidad y dureza a lo largo de la vida, se les ha metido gato por liebre.

lunes, 20 de octubre de 2014

En la línea anhelada

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Hasta ahora y, al menos en mi entorno más próximo, no conozco a nadie que deba dinero por asuntos personales e ignore la cantidad e identidad de los acreedores. Y en unos tiempos en los que se efectúan más pagos con tarjetas que en metálico, quién no tiene la buena costumbre de contrastar de forma periódica los movimientos e importes descontados en su cuenta bancaria. Lo extraño, ilógico y arriesgado sería mantener una actitud de despreocupación  al respecto. Por ello, una propuesta política como es la de llevar a cabo  auditorías de las deudas contraídas por las administraciones  públicas, lejos de ser percibida por la población como una idea descabellada o una ocurrencia intrascendente, parece situarse en la línea de la transparencia y regeneración democrática anhelada y de la que tanto se habla últimamente. Por qué los ciudadanos (o sea, nuestros hijos y nosotros mismos) deben desconocer en qué conceptos son deudores de 21.400 euros por cabeza.  Si hay voluntad de corregir conductas al objeto de no  caer en la tentación de “vivir por encima de nuestras posibilidades”, ¿no es importante saber de qué van las cuentas?

miércoles, 15 de octubre de 2014

Responsabilidad común

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Situar el foco central y el sambenito de la responsabilidad del primer contagio de ébola en territorio español y europeo en la figura de la trabajadora  de la sanidad que, de manera voluntaria,   participó al lado de otros profesionales en los cuidados dispensados a los dos enfermos españoles repatriados desde África, no solo ha sido una reacción equivoca y fuera de lugar, sino que ha estado muy feo. ¿Cabría reprobar y calificar de irresponsables a los dos religiosos fallecidos  por su exposición  al riesgo de contagio prestando atención sanitaria a  ciudadanos africanos en unas circunstancias de inseguridad y escasez  de recursos? Si hay una responsabilidad común entre las tres personas españolas contagiadas en el exterior e interior de nuestras fronteras, podría ser la de colaborar activamente en pro del bienestar común con discreción, humildad y ética. Había luces resaltando la figura de la víctima, sin embargo, la población dirigía la mirada hacia otro lado. EA eso se le llama falta de credibilidad y confianza. Para pensárselo, ¿no?

No tienen cabida

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"¿Cómo puede uno dormir tranquilo cuando se está gastando el dinero de la gente en caprichos, comilonas, joyas, viajes y juergas sin control alguno?", comentó con un gesto de interrogación y desprecio  el hombre que había finalizado su  jornada de venta en el  mercadillo. La inmoralidad, la deslealtad, la mentira, el fraude y el descaro no parecen ser cuestiones que generen excesivo desvelo o insomnio en la fauna de caraduras que  despilfarran o pillan a manos llenas  la pasta de los ciudadanos y sufridos contribuyentes que, en un número creciente de casos, tienen verdaderos problemas para sonreír y coger el sueño debido a la involuntaria anorexia económica en la que se encuentran envueltos. A tenor de lo sucedido en nuestro país, parece necesario un cambio climático que modifique las condiciones ambientales que hacen posible la extensión y sostenibilidad de un  ecosistema tan dañino como el del engaño y la corrupción. Un tema en el que, obviamente, no tienen cabida los sentimientos de afinidad, conservacionismo y protección de las especies.

martes, 14 de octubre de 2014

Detalles reveladores

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Si a las crecientes dificultades económicas que tienen las familias a la hora de hacer frente a los gastos elementales y cotidianos exigidos por el lujo de mantenerse vivo, se le añaden los hechos y las  declaraciones, pronunciamientos y mensajes emitidos a favor del debilitamiento y la pérdida de peso  de las funciones desempeñadas  por los servicios públicos en la sociedad,  ¿es de esperar un resultado con propiedades estimulantes para el consumo? Con menos trabajo  y dinero en los bolsillos y mayor  desconfianza hacia aspectos sociales de relevancia que, hasta no hace mucho, parecían estar seguros o ser accesibles para la ciudadanía, como son los relativos a la atención y  cobertura sanitaria, a la educación y emancipación de los hijos o a la pensión una vez alcanzada la edad de jubilación, se impone el freno y la moderación en el gasto. Hace unos meses, como consecuencia de un atropello mi madre necesitó una silla de ruedas al recibir el alta hospitalaria y atención profesional durante el tiempo de recuperación (poco más de dos meses), cuestiones que fueron resueltas procediendo al alquiler de la silla y tirando de ahorros para  pagar la residencia privada. Detalles reveladores de cómo están las cosas.

viernes, 10 de octubre de 2014

Reflexionar y escuchar

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La lógica inquietud pública  mostrada ante   el contagio de ébola  contraído por una de las auxiliares que prestaron atención sanitaria a los dos españoles muertos en un hospital madrileño tras ser repatriados desde países africanos, debería servir para llevar a cabo una reflexión política y social acerca de las calamidades, los padecimientos y los miedos de millones de personas que, por el simple y casual hecho de  haber nacido en regiones que presentan niveles elevados de pobreza e inhospitalidad social, apenas levantan una brisa de preocupación y atención en la comunidad internacional. Por otra parte, al observar el discurrir de los acontecimientos y valorar determinados detalles informativos salidos a la luz respecto a la planificación organizativa  puesta en marcha al objeto de afrontar los riesgos inherentes a los tratamientos dispensados a los dos religiosos enfermos de ébola,  podría decirse que, aunque la financiación y disposición de las infraestructuras y los medios técnicos y humanos para afrontar situaciones de emergencia o riesgo público son cuestiones orquestadas bajo dirección de la batuta de la política, en materia de  protocolos, procedimientos, adiestramientos e intervenciones profesionales es altamente recomendable escuchar y tener en consideración las pautas señaladas por los expertos e implicados en su resolución.

 




 

Intolerancia crónica

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Primero se coreó de manera repetida que habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, y ahora, ante la fea imagen y el mal olor desprendido por  los excrementos de la indecencia ocultos durante años bajo las alfombras de organismos e instituciones (como parece ser el caso de las tarjetas de crédito de Caja Madrid) y destapados casi a diario por  los medios de comunicación,  se está diciendo  que,  comportamientos que hace unos cuantos veranos pasaban desapercibidos u obtenían la indulgencia social,   en estos momentos son inadmisibles por su inmoralidad. ¡Qué evolución! Si no fue  justo ni acertado diseminar  la responsabilidad de la crisis de manera indiscriminada entre la ciudadanía, tampoco es pertinente tratar de echar el velo de la disculpa sobre  conductas  que, con independencia de quiénes hayan sido o sean sus amantes y protagonistas,  siempre han sido inaceptables para los ciudadanos que tienen intolerancia crónica hacia el fraude, la deshonestidad y la codicia.

 

 


sábado, 4 de octubre de 2014

Romper el blindaje

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Una ciudadana llama por teléfono a un programa de radio y, empleando un tono impregnado de  emoción y  satisfacción,  deja grabado un mensaje en el contestador: soy muy feliz porque gracias a mi donación sé que unos niños van a comer.  Aun tratándose de una acción que destila sensibilidad y buena intención, no parece que la situación de los receptores invite o deje demasiado espacio para la felicidad.  En realidad, más que un sentimiento de complacencia interior por el grano de arena aportado, lo que provoca la injusta y deshumanizada realidad social en la que se ven envueltos millones de personas a lo largo y ancho del planeta, es  pesadumbre e indignación. Es indiscutible que la aportación y cooperación de las personas y organizaciones no gubernamentales limita o disminuye las dimensiones del sufrimiento, sin embargo, para que la penuria colectiva no sea algo sostenible y perenne es necesaria la confección y puesta en práctica de sinceras medidas políticas.  Por la experiencia obtenida a través de los siglos, parece evidente que la caridad no es capaz de romper el blindaje de la irracionalidad, la indolencia y la  codicia.

 

jueves, 2 de octubre de 2014

Perplejidad

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A decir verdad, me traen sin cuidado las noticias y crónicas de sociedad, pues no siento interés por las bodas, los divorcios, las infidelidades o las disputas familiares de los famosos. Pero, a no ser que uno viva en el monte sin contacto alguno con los medios de comunicación, es prácticamente imposible permanecer impermeable y ajeno a tan  abundante caudal de cotilleo.  Entre la información publicada en relación a la boda del actor George Clooney (parafernalia que no cambia la valoración respecto al actor, aunque sí la percepción del personaje), leo que la pareja  donará los ingresos de los reportajes exclusivos publicados en distintas revistas a causas benéficas y, a continuación, que la ceremonia tuvo lugar en un hotel de siete estrellas y que el vestido de la novia llevaba perlas y diamantes incrustados. Debo de ser bastante obtuso porque, en realidad, no entiendo nada. Aunque, como decía hace unos días el peluquero, perplejidad  es la que causa  contemplar la evolución de cuestiones como la deuda pública (que ya sobrepasa el billón de euros), el IVA, los servicios sociales, los salarios, la desigualdad y  la pobreza.