sábado, 29 de octubre de 2011

Es lo que hay

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De un tiempo para acá se escucha bastante la frase 'es lo que hay', recurso con aroma de impotencia y resignación utilizado para rematar o dar respuesta a interrogantes o conversaciones sobre situaciones que, aunque puedan calificarse como absurdas, improcedentes o insostenibles, tienen apariencia de ser irresolubles, de estar fuera del alcance de la ciudadanía. Si la especulación e inmoralidad son más rentables que la honradez y el esfuerzo, si la venta de artículos de lujo tiene un incremento sustancial cuando los bancos de alimentos son incapaces de cubrir las necesidades de una población cada vez más empobrecida, si factores como la capacidad y el mérito quedan relegados ante la adulación o el linaje y si protagonizar soeces y patéticos espectáculos televisivos reporta retribuciones impensables en el desempeño de profesiones necesarias e imprescindibles para el bienestar de la población, ¿no sería apropiado acometer una reforma estructural de valores y conceptos? ¿Es posible extender y elevar el nivel de calidad de vida en una sociedad que profesa el credo del todo vale, del tonto el último y del esto no hay quien lo cambie?

viernes, 28 de octubre de 2011

Limitar y preservar

Diario Sur>Opinión>cartas del lector

Estaba viendo en Internet algunas noticias sobre la prohibición de dar el pecho al bebé en determinados lugares públicos, aludiendo a las molestias que tal acto pudiera causar a otras personas, cuando llaman al teléfono fijo para ofrecer una promoción de telefonía. ¿Importunar a las diez de la noche tratando de sacarte los cuartos? Aquello sí que era una falta de respeto, pensé, y no un acto tan tierno y natural como es la lactancia. Ahora que están próximas las elecciones, sería un buen momento para escuchar propuestas dirigidas a poner fin a semejantes prácticas comerciales, en las que se muestra un inconmensurable desprecio hacia la intimidad y el descanso familiar. No todo puede servir como táctica de venta, y ahí debería entrar en juego la política, establecer una regulación que limite tales despropósitos, que preserve a los ciudadanos de la voracidad y el descaro de las 'leyes' del mercado.

lunes, 24 de octubre de 2011

Batalla perdida

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Que uno mantenga desterrada la idea de someterse a intervenciones de cirugía o infiltraciones de productos dirigidos a combatir el ineluctable cambio estético ocasionado por el paso del tiempo y la erosión (más o menos intensa) de agentes externos, no significa que exista incapacidad de entendimiento o se reprueben semejantes prácticas y anhelos, pues cada cual decide sobre su cuerpo. La verdad, me he quedado en la crema. Aunque la lucha contra el envejecimiento es a todas luces una batalla perdida, también es obvio que las condiciones y hábitos de vida tienen una incidencia directa en la salud y longevidad de las personas. Sin embargo, cuando las arrugas son recibidas como enemigas y se busca el apoyo de aliados como el botox o el bisturí para su eliminación, ¿se está reforzando la autoestima o camuflando la insatisfacción? Y, sin entrar a juzgar o valorar los cuadros expuestos en la dinámica galería de rostros retocados, el problema de las arrugas es que son muy obstinadas y no cejan en su empeño por dejarse ver.

domingo, 23 de octubre de 2011

El coraje de Albert Casals

Magazine>Opinión>cartas del lector

Que un joven de 21 años haya recorrido más de cincuenta países es, sin duda, una experiencia ajena o desconocida para la mayor parte de los ciudadanos, y si además el viajero se desplaza en una silla de ruedas y con poco dinero, la cuestión es verdaderamente extraordinaria, como lo es Albert Casals, protagonista de Jóvenes Extraordinarios (Magazine del  9 de octubre de 2011). Reconozco y admiro la singular iniciativa, fuerza y coraje de Albert, aunque disiento de su opinión acerca de que “en el mundo no hay buenos y malos, sino gente que quiere ser feliz”  pues, por desgracia, en el mundo se llevan a cabo diariamente y sin interrupción  acciones deleznables contra otros seres humanos que, quizás aporte felicidad y/o poder a quienes las promueven y cometen, pero en ningún caso son aceptables y justificables, ni  puede decirse que sea propio de buenas personas.

¡Qué nivel!

El Montañes>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector

No sé si es debido a una limitación en la capacidad de entendimiento o a que uno es un tanto raro, pero nunca he logrado entender y encontrar sentido a las llamadas novatadas, esas prácticas tan afectuosas, simpáticas y solidarias llevadas a cabo para ofrecer una bienvenida estimulante e inolvidable a los recién llegados. Cuando se ponen los pies en terreno novedoso y desconocido es probable que pueda llegar a sentirse cierto grado de inseguridad o desasosiego, cuestión que debería motivar la colaboración y ayuda por parte de quienes tienen experiencia y, sin embargo, resulta que hay sujetos que lo pasan en grande puteando, amenazando o humillando en grupo a los últimos de la fila. Que yo recuerde, la respuesta más sensata y clarificadora obtenida al respecto cuando realicé el servicio militar obligatorio, lugar donde algunos valientes graciosillos se entretenían y explayaban con las novatadas, fue que lo hacían porque también ellos lo habían sufrido. ¡Qué nivel! En tal caso, ¿no tendría que ser al contrario? No hacer al prójimo lo que no se desea para uno mismo.

martes, 18 de octubre de 2011

Cortesía y convivencia

El Comercio>Opinión>cartas del lector

Cuando al inicio de los años 50 mi padre decide abandonar la vida en el campo y desplazarse desde su aldea en el Occidente de Asturias a la parte central de la región para trabajar en las minas de carbón, había oriundos de la zona (en la que yo nací) que tildaban de 'coreanos' y miraban por encima del hombro a los que, como él, acudían al lugar en busca alternativas. El amor y aprecio por lo propio, ¿es incompatible con la valoración y cortesía hacia lo ajeno? ¿Qué beneficios sociales procuran los discursos políticos basados en la descalificación y desconfianza indiscriminada hacia los vecinos? Ni la nacionalidad, ni el idioma, ni el color de la piel, ni las creencias religiosas, ni las diferencias culturales deberían ser obstáculos que impidan la cortesía y convivencia entre las personas.

lunes, 17 de octubre de 2011

Lamentable y esperanzador

Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
Diario Público>Opinión>cartas del lector

Qué diferente sería el rostro del mundo si en la lista de preocupaciones y prioridades de los Estados no estuvieran el aprovisionamiento de armamento y la instalación de escudos antimisiles, sino la lucha contra los paraísos fiscales y la implementación de recursos para erradicar el hambre. Qué distinta sería la atmósfera social si la educación respirada fuera más rica en humanidad que en ambición materialista, si estuviéramos dispuestos a pasar más tiempo en la cola de una exposición fotográfica que revela y denuncia el atropello de los derechos humanos que en la formada para comprar el último modelo de teléfono móvil. Qué tranquila resultaría la convivencia o coexistencia entre diversas culturas si el poder de la razón y el convencimiento prevaleciera y arrinconara al del fanatismo y la imposición. Por un lado, es lamentable y descorazonador ver que, tras siglos de injusticia, locura y dolor, las ideas que cultivan el abuso, enfrentamiento y rencor aún no están en período de extinción. Por otro, es satisfactorio y alentador escuchar a millones de ciudadanos repartidos por el planeta solicitando un presente y futuro más agradable, equilibrado y esperanzador.

domingo, 16 de octubre de 2011

Incertidumbres

XL Semanal>Opinión>cartas del lector

La fotografía de la sección Se habla de… (XL Semanal Nº 1247) ofrece pocas dudas acerca de la espantosa atmósfera de tensión, odio y horror presente en Libia,  país azotado por la locura y sinrazón de la guerra.  Recientemente, hubo una petición a nivel internacional cuyo propósito era evitar la ejecución del condenado a muerte, Troy Davis, preso durante más de veinte años en el corredor de la muerte por un caso de asesinato que,  parece ser, no estaba exento de  incertidumbres, y  sobre el que nunca llegó a confesar su autoría. La sentencia fue cumplida en el estado de Georgia (EEUU). Considerando la mirada de desprecio y  los gestos amenazantes del  rebelde libio hacia el presunto mercenario detenido, así como la  situación de inseguridad y  arbitrariedad  reflejada  en la imagen, no es difícil imaginar el tipo de proceso  al que habrá sido sometido, así como el resultado del veredicto. ¿Cuántas personas anónimas son víctimas de la barbarie o injusticia en los enfrentamientos bélicos sin ningún tipo de cortapisa?

Practicas deshonestas

Magazine (La Vanguardia)>cartas del lector


Al leer el artículo de Andrés Trapiello editado en el Magazine del 2 de octubre de 2011, en el que muestra su malestar y enojo por la desagradable experiencia tenida con una compañía de telecomunicaciones, me he preguntado: ¿existirá alguna familia en este país que no haya sido víctima de prácticas descorteses, abusivas o deshonestas por parte de profesionales o empresas que consideran y tratan al cliente como si fuera una mera cartera y fuente de ingresos? Asimismo, me vino al recuerdo una situación reciente a la que nunca me había enfrentado, y de la que es extremadamente difícil salir sin cierto grado de irritación y desasosiego, es decir, con mal sabor de boca. Pican en la puerta de la vivienda y, tras abrir, una chica comienza a soltar una retahíla aprendida sin previo saludo ni presentación alguna. Pido que se identifique y, como no deseábamos cambiar de empresa de telefonía, le doy las buenas tardes y cierro la puerta. Vuelve a tocar y pide explicaciones con gesto de desafío y soberbia. La sangre no llegó al río, y llegué a comprobar que era el procedimiento de actuación que tenía por escrito. ¿Qué tipo de sociedad se está construyendo?

domingo, 9 de octubre de 2011

Apaga y vámonos

Magazine (La Vanguardia)>cartas del lector

A primera vista uno puede creer   que se trata de un ave de considerable tamaño buscando alimentos en una laguna, humedal o marisma. Obviamente,  cuando la mirada se detiene y escruta la imagen de la sección 30” (Magazine del 25 de agosto de 2011) la duda identificativa queda resuelta, aunque dando paso a una erupción de enigmas y emociones. Mientras millones de personas en diferentes lugares del mundo que, como la mujer cubierta con hojas de palmera de la fotografía, trabajan largas jornadas bajo condiciones laborales tan duras y penosas a cambio de salarios con los que apenas logran cubrir sus necesidades básicas, unos cuantos señores obtienen enormes beneficios económicos en un abrir y cerrar de ojos especulando con materias primas como el arroz, maíz, trigo o azúcar, y sin despeinarse ni exponerse a más riesgos físicos que el de estar situado en la trayectoria del corcho de una botella de champán de miles de euros. Si las leyes de los mercados justifican  un mundo donde la mayoría sufre o pringa y algunos lo celebran, apaga y vámonos.

Viaje en el tiempo

El Comercio>Opinión>cartas del lector
La Nueva España>Opinión>cartas del lector

Recientemente, fue divulgada la noticia de que unos investigadores del Centro Europeo de Investigación Nuclear (CERN) habían descubierto unas partículas que superan la velocidad de la luz, con lo que, entre otras cuestiones, parece ser que podría posibilitar el viaje en el tiempo en dirección al pasado. La verdad, ¿no sería más interesante obtener información del futuro? De lo sucedido nada podemos modificar, pero si nos enterarámos de la realidad que nos espera (oscura según la dinámica del presente), quizás fuera posible introducir cambios que evitaran muchas injusticias y sufrimiento. Dejando a un lado el campo de la ciencia ficción y entrando en el día a día, puede decirse que la sociedad europea ha iniciado el viaje de regreso a las condiciones de vida de tiempos pretéritos, y encima pagan el billete quienes ni lo merecen ni lo desean.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Duro Barroso, ha declarado lamentar las críticas y consejos paternalistas llegados desde el Gobierno de Estados Unidos respecto a las decisiones y medidas tomadas por las autoridades políticas del viejo continente durante la actual crisis económica, y ha apelado a los ciudadanos de la Unión a «sentir el orgullo de ser europeos». Y los aludidos nos preguntamos, ¿cómo mantener la autoestima cuando lo más preciado de Europa (el Estado del bienestar) está sufriendo un deterioro motivado por fomentar y permitir que la política claudique y se arrodille ante la economía?

sábado, 8 de octubre de 2011

Políticas o tácticas de empresa

La Voz de Asturias>Opinión>cartas del lector

Es verdaderamente chocante que en una situación de grave dificultad económica como la presente existan tiendas o comercios que pongan obstáculos a la hora de vender sus productos. Tras ponernos en contacto vía telefónica con una librería especializada con el objetivo de saber si tenían los libros de inglés utilizados en la academia a la que acude nuestra hija, así como el importe de los mismos, recibimos una sucinta y facilitadora respuesta: disponemos de algunos de ejemplares en stock, aunque no es posible efectuar la reserva (aun comprándolos al día siguiente) ni decirles el precio por teléfono. ¡Ni que se tratara de la fórmula de la Coca-cola! O sea, un desplazamiento hasta otra zona de la ciudad sin conocer si tendrás asegurada la compra y, además, con la incógnita del desembolso a efectuar en caso favorable. Si los hoteles aplicaran semejantes políticas o tácticas para atraer clientes… Ante semejante sorpresa y cierto mosqueo, los libros llegarán a nuestro domicilio en menos de una semana y sin coste alguno por el envío. Desconocemos cuánto nos habrían costado en la librería a la que llamamos, y ello sin contabilizar el tiempo y dinero correspondiente al traslado, pero, supuestamente, a través del pedido realizado en Internet nos hemos ahorrado un porcentaje considerable; aspecto que no habíamos contemplado. No solo han perdido una venta, sino futuros clientes.

miércoles, 5 de octubre de 2011

Innovaciones necesarias

Diario Público>Opinión>cartas del lector

Si las elecciones son el instrumento participativo a través de cual los ciudadanos tienen la oportunidad y capacidad de expresar individualmente sus preferencias o aspiraciones sociales depositando la confianza en los partidos políticos cuyos programas e ideas prometen caminar en dirección al horizonte personal y colectivo deseado y soñado, y en los últimos años las formaciones políticas mayoritarias en Europa están sufriendo una hemorragia continuada de respaldo en las urnas a favor de otros grupos minoritarios o de nueva creación, ¿no es una prueba clara de alejamiento y pérdida de sintonía entre las primeras y la población? Teniendo en cuenta semejante dinámica, así como la incapacidad mostrada por los gobiernos tradicionales para evitar el deterioro progresivo de la calidad de vida de millones de personas mientras que grupos reducidos acumulan cada vez mayor riqueza, no parece sencillo ni probable que, a corto plazo, cambie el rumbo de la corriente. Y, en el caso seguir sin acometer las innovaciones necesarias para conectar y satisfacer las necesidades básicas del conjunto de la ciudadanía, ¿cuánto tiempo tardarán en ser partidos políticos minoritarios?

Zonas de equilibrio

La Vanguardia>Opinión>cartas del lector

Hace poco más de un año estuvimos unos días en Barcelona y, de los múltiples paseos dados por la Rambla, en ningún momento sentimos incomodidad o molestia con la presencia de las denominadas estatuas humanas u otros artistas que se buscan la vida tocando, pintando o realizando virguerías con una pelota. Obviamente, las sensaciones y percepciones de cada cual al respecto son heterogéneas y respetables, aunque, en mi opinión, la opción de prohibir actividades de este tipo con el fin de facilitar un tránsito más tranquilo y fluido y evitar la formación de aglomeraciones alrededor de las mismas, restará colorido, sorpresa y alegría a tan emblemática calle. Entre el todo y el nada existen zonas de equilibrio.
Sin duda, son bastante más preocupantes y perjudiciales quienes, desde la discreción y opacidad, llevan a cabo prácticas especulativas, corruptas o abusivas que facilitan u originan la aparición de acumulaciones de ciudadanos en las puertas de los bancos de alimentos, de los centros de atención social o de las oficinas de empleo.

domingo, 2 de octubre de 2011

Cambios

Magazine (La Vanguardia)>cartas del lector


En una charla reciente con un conocido que trabaja como autónomo, este me comentaba que en ocasiones se planteaba si estaba actuando como un bobo, pues sabía de otros profesionales de su ramo que pasaban facturas más abultadas por trabajos similares. Tras decirle que también era importante poder mirarse en el espejo de la conciencia sin ver un reflejo desagradable, me contestó que era consciente de la pesada carga que representa ser deshonesto y desleal, pero que mientras él obtenía un sueldo para vivir modestamente y arrastraba con la hipoteca de una casa vieja casa, otros estaban viviendo en chalets, conducían costosos todoterrenos y llevaban a sus hijos a colegios de pago.
Aunque la denominada teoría o movimiento del decrecimiento, sobre el que se ofrece información en el artículo sobre economía titulado “Menos es más” (Magazine del 18/IX/2011), debería ser una cuestión asumida, compartida y promovida por los estados, parece que la corriente cultural de la codicia, el despilfarro y el sálvese quien pueda, lamentablemente, es abundante y dispone de mucha fuerza. Para configurar sociedades sostenibles y decentes hay que dar forma al deseo manifestado en la viñeta de Jordi Labanda: cambia la realidad por las promesas.