La Voz de Cádiz>Opinión>cartas del lector
El Periódico de Extremido>Opinión>cartas del lector
Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
Diario Sur>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector
Diario Sur>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector
Al producirse un terremoto cuya intensidad deja señales
perceptibles para la población, como lamentablemente ha tenido lugar la noche
pasada en territorio italiano, es común que los medios de comunicación señalen
el grado de magnitud alcanzado por el mismo en la ‘escala de Richter’, la
cual indica los efectos característicos del seísmo en los diferentes niveles de
intensidad. Y no porque los sismos pasen desapercibidos entre la
ciudadanía u originen daños de poca relevancia dejan de ser considerados terremotos.
En cambio, parece ser que el concepto de corrupción es cambiante y
adaptable a la evolución de los envases partidistas, cuestión que deja a los
ciudadanos con los ojos como platos. Y es que, de momento
y hasta que el Diccionario de la Real Academia no modifique el significado del
término, las innovaciones políticas efectuadas en el recipiente no
alteran el sabor, el olor, el color y el tacto social del contenido.