miércoles, 27 de abril de 2011

Ponerse en su lugar

Diario Público>Opinión>cartas del lector
Diario Sur>Opinión>cartas del lector(03/05/11)

Existe una inclinación social a ponerse al lado del más débil, del que padece las consecuencias del engaño y abuso o del que es víctima de la intemperie de la insensibilidad e indiferencia. Por ello, llama la atención el desprecio, rechazo e incluso las agresiones a las que se ven sometidas las personas que trabajan repartiendo publicidad, controlando los estacionamientos regulados de los vehículos en las calles o picando a las puertas de las viviendas para ofrecer un producto o servicio.
Si hay momentos en los que, para soslayar inconvenientes, es recomendable contar hasta diez antes de ofrecer una determinada respuesta, la receta para evitar comportamientos inadecuados e inaceptables hacia quienes se buscan honestamente la vida es ponerse en su lugar, considerar la posición  ocupada dentro de la cadena comercial o productiva. Apuntar, dirigir y descargar la mala leche sobre el eslabón más frágil, ni es acertado ni valiente.

Una etapa más de la historia

Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
El Periódico de Extremadura>Opinión>cartas del lector(28/04/11)
Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector(03/05/11)

Leer que la compañía Philips dejará de fabricar televisores ante la competencia de los fabricantes asiáticos fue algo parecido a encontrar en un cajón una fotografía de cuando uno era niño, una señal inequívoca del paso del tiempo, una prueba del cambio experimentado en el mundo en los últimos decenios. Y es que, de las trece firmas con más peso global en el sector de la electrónica, nueve son de Asia; las empresas de acero y acero inoxidable con mayor producción mundial están en manos de capital asiático; el mayor fabricante de automóviles es japonés, y de los diez con más ventas, cinco son asiáticos; nueve de cada diez buques de gran tonelaje son hechos en astilleros de Corea del Sur, China y Japón; de las cuatro compañías más potentes de construcción de aviones, una es china y otra brasileña; el mayor banco del mundo también es chino. En definitiva, es evidente que el centro de gravedad del poder económico y político se desplaza cada vez a mayor velocidad en dirección al oriente. Estas transformaciones no son nada nuevo, pues nunca la supremacía fue algo perpetuo. ¿Mejor, peor? Simplemente, diferente. Una etapa más de la historia que recogerán las enciclopedias digitales del futuro.

martes, 26 de abril de 2011

Natalidad

Opinión Sur>Opinión>cartas del lector
El Periódico de Extremadura>Opinión>cartas del lector(27/04/11)
Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector(29/04/11)
El Comercio>Opinión>cartas del lector(01/05/11)

«Quiénes ganan más dinero, ¿los médicos o los futbolistas?» Esta cuestión fue puesta sobre la mesa por un niño de siete años que, tras escuchar atentamente la respuesta sazonada de matices ofrecida por su padre, aseveró de inmediato y sin vacilación alguna que entonces sería futbolista, pues así podría sacar a sus progenitores del bar que regentan, teniendo más tiempo para estar todos juntos. Cuando desde la política se habla de fomentar la natalidad, a qué se refieren, ¿al aspecto cuantitativo, o también al cualitativo? Con una tasa de paro juvenil del 40%, con uno de cada cuatro niños viviendo en una familia con ingresos que no logran cubrir adecuadamente las necesidades elementales, o con las dificultades sociales existentes en a la hora de conciliar la vida familiar y laboral, no parece demasiado probable que las parejas se animen a tener hijos. Para obtener un cambio en la tendencia demográfica, aparte de buenas palabras, ¿no es necesario construir una sociedad más equilibrada?

martes, 19 de abril de 2011

Cuestión de confianza

La Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
El País>Opinión>cartas del lector(20/04/11)
El Montañes>Opinión>cartas del lector(21/04/11)
Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector(22/04/11)
El Periódico de Extremadura>Opinión>cartas del lector(22/04/11)
El Comercio>Opinión>cartas del lector(26/04/11)
La Verdad>Opinión>cartas del lector(27/04/11)

Estas últimas semanas se ha recurrido bastante a la expresión popular “El chocolate del loro” con la intención de disculpar la determinación de los eurodiputados de rechazar por mayoría la congelación de sus salarios y la renuncia a viajar en clase turista cuando el vuelo sea inferior a cuatro horas. Sería demagógico tratar de establecer una conexión entre la adversidad económica que amenaza el bienestar de millones de ciudadanos y la decisión tomada en el Parlamento Europeo, ya que el impacto de tales medidas en las cuentas finales de los países es escaso, pero ¿acaso no se nos dice desde la política que los pequeños gestos son lo que cuentan? Con las rebajas llevadas a cabo en los sueldos de los funcionarios, los recortes efectuados en las plantillas de la educación y sanidad pública, la congelación de las pensiones, la elevada tasa de paro nacional o la inquietante perspectiva de futuro de la juventud ante la creciente desigualdad social, los actos de sensibilidad, austeridad y coherencia por parte de los gobernantes no son cuestiones irrelevantes o intrascendentes, sino imprescindibles para establecer y mantener la confianza entre la población y los dirigentes democráticos.

viernes, 15 de abril de 2011

El hábito no hace al monje

El Periódico de Extremadura>Opinión>cartas del lector

Se indica que la utilización del uniforme escolar contribuye a evitar la discriminación en los centros educativos, ya que los menores no podrán compararse y diferenciarse en función de las marcas de los atuendos portados a diario; es decir, a través de la ropa, calzado y complementos que tienen en los armarios y esparcidos por sus habitaciones. Ello puede actuar como un analgésico local, pero ¿y qué ocurre cuando salen del colegio o instituto? Enmascarar momentáneamente la realidad con tres o cuatro prendas de vestir (no hay que olvidar las mochilas, relojes, móviles, etcétera), ¿es una táctica eficaz o de estériles resultados a la hora de prepararse para afrontar la vida sin edulcorantes? En nuestra sociedad existen personas ricas y pobres, ostentosas y sencillas, presuntuosas y humildes, educadas y faltosas- y, en mi opinión, no son los uniformes los que proporcionan mayor o menor seguridad, inteligencia, autoestima o felicidad a los niños, sino el afecto, cariño y educación en valores (sin cartera) recibida y, claro está, la cobertura de sus necesidades básicas. El hábito no hace al monje, ni alivia la precariedad de los más desfavorecidos.

miércoles, 13 de abril de 2011

La prueba de la infracción

El Periódico de Extremadura>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector(19/04/11)

Si alguien decidiera tomar la iniciativa de poner en marcha una campaña dedicada a recoger firmas con el fin de solicitar la retirada de todas las cámaras destinadas a fotografiar a los vehículos que pasan los semáforos en rojo, no parece demasiado arriesgado pronosticar que tendría escaso recorrido o éxito social, ya que la responsabilidad de la mayor parte de la ciudadanía tiene más peso que la imprudencia o temeridad. En cambio, ¿qué sucedería si el objetivo de la misma es requerir a las autoridades competentes que no sólo envíen la notificación de la sanción, sino que adjunten la fotografía que dio lugar a la misma? ¿Por qué ciertos ayuntamientos no incluyen en el procedimiento de comunicación algo tan elemental como es la prueba de la infracción? ¿Es sensato y ajustado que los ciudadanos deban perder tiempo en acudir a la vía de la reclamación y, además, pagar tasas por una simple fotografía que podría haber sido facilitada en la primera correspondencia? Si el sistema de detección y captación de la imagen es automático, ardua o imposible tarea parece ser la de conseguir anular una multa tras avanzar unos metros y pasar un semáforo ante el cual estábamos parados, aunque la acción hubiera tenido lugar para dejar libre la calzada cuando un vehículo de emergencia lo requiere. Por cierto, no escribo desde el rencor, pues hasta ahora nunca he sido sancionado por tal motivo.

domingo, 10 de abril de 2011

Tácticas comerciales

El País Semanal>cartas del lector

Mientras leía el artículo de Maruja Torres titulado Los agresivos ineficaces (20 de marzo) tuvo lugar un fenómeno ingobernable: mi mente comenzó a dibujar con trazo grueso el logotipo de una conocida compañía de telecomunicaciones. Ello no fue motivo para sentir inquietud o desasosiego, pues era consciente de no estar poseído, aunque recordar el pertinaz hostigamiento telefónico al que fuimos sometidos hace unos meses tampoco resultaba ser una sinsación agradable. Es decir, las innovadoras tácticas comerciales empleadas por la empresa con el fin de captar clientes obtuvieron el resultado inverso al esperado, ya que no será fácil borrar las huellas dejadas por las molestias y la desconsideración.
Como indica la autora, no parece que semejantes modos sean muy acertados para firmar nuevos contratos, pero hasta que caen de la burra,¡menudo fastidio el que originan! En el catecismo de la codicia no se hace alusión alguna a  conceptos como respeto, intimidad, derecho u honestidad.

jueves, 7 de abril de 2011

Las cuentas

La Voz de Asturias>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector(09/04/11)


Que los tribunales de justicia condenen con relativa frecuencia a una empresa o profesional por irregularidades cometidas en el ejercicio de sus competencias, no suele proporcionar prestigio ni ser la mejor carta de presentación para abrir puertas en el mercado.  ¿Inspira confianza un taller de vehículos, dentista o electricista con distintas sentencias a sus espaldas? En cambio, en el sector de los medios de comunicación se da un fenómeno curioso, pues acumular condenas por injurias, intromisión ilegítima en el  honor,  vulneración de la intimidad…, puede incrementar el número de telespectadores, radioyentes o lectores y, por tanto, los perseguidos beneficios económicos. Ante la carencia de principios o ética profesional, lo valorable es el resultado positivo de las cuentas.  Si los pagos en sanciones son inferiores a los ingresos del negocio, ¿dónde está el problema para quienes abrazan semejante filosofía?  Y, ¿qué grado de responsabilidad tiene el público?

miércoles, 6 de abril de 2011

Emprender e innovar

El Comercio>Opinión>cartas del lector
El Periódico de Extremadura>Opinión>cartas del lector(07/04/11)
Diario Público>Opinión>cartas del lector(09/04/11)

En los últimos tiempos, términos como emprender e innovar son invocados desde la política como ingredientes imprescindibles para tratar de resolver la complicada situación económica y laboral que amenaza el bienestar de millones de ciudadanos, así como para mejorar la salud medioambiental del planeta. Pues nada, puesto que somos todo oídos, esperamos a que nos cuenten qué cambios tienen en sus programas para forjar un modelo social en el que la masa muscular del poder político no se merme y debilite de manera progresiva, mientras se incrementa y fortalece la de los especuladores económicos; donde la dinámica predominante no sean acentuar las diferencias sociales, sino moderarlas; donde la corrupción y el clientelismo sean prácticas inadmisibles e infrecuentes; donde el dinero de los contribuyentes sea gastado con transparencia, eficiencia y responsabilidad social; donde tenga más relevancia el futuro y calidad de vida de la población que los beneficios a corto plazo para repartir entre unos cuantos. Y es que una cosa es el avance y desarrollo del comercio y la tecnología y otra el progreso en materia de justicia social. Menos insultos, descalificaciones y ambiciones personales, y más medidas y propuestas políticas cuyo diana central sean los intereses del colectivo.

domingo, 3 de abril de 2011

Machismo y educación

Magazine (La Nueva España)>cartas del lector

Al dìa siguiente de leer el artículo de Ángeles Caso (20/03/11), en el que  reitera su enojo por los maltratos y los asesinatos de mujeres a mano de sus parejas o ex parejas, otra señora perió la vida en Granada tras ser agredida por su marido. Por desgracia, no hay indicios de que este sufrimiento vaya a cesar, pues sus raices se extienden por las entrañas de nuestra sociedad. Sin duda, los mecanismos de control, vigilancia e intervención para procurar seguridad a las mujeres amenazadas contribuyen a minimizar el número de atrocidades, pero ¿son suficientes para que estos hechos sean una excepción? Cuando nuestra hija tenía nueve años, nos comunicó su disgusto porque un niño de clase le levantaba la falda en el recreo, al subir las escaleras..., llegando al punto de rechazar estas prendas para ir al colegio. Al considerar que era inaceptable, tanto por las molestias cusadas como los precoces síntomas machistas, semejante comportamiento fue comunicado a quien estimamos oportuno, y la cuestión se resolvió. Sin embargo, algunas personas (entre ellas, mujeres) que tuvieron conocimiento del tema pensaban que era normal, algo que siempre había ocurrido: osea, se continúan alimentando desde la infancia la cultura que admite con naturalidad la falta de respeto hacia el sexo femenino.
Sin educación y cambio de esquemas, ¿hay solución?

viernes, 1 de abril de 2011

Lecciones de ética

El Comercio>Opinión>cartas del lector
El Correo>Opinión>cartas del lector

«Todo va a parar a los gitanos, inmigrantes y drogadictos: les dan trabajo, becas para el comedor, pisos, ayudas..., y los demás tenemos que pagar impuestos y callar». Al oír esto, la chica que atendía la frutería echó una discreta mirada a su alrededor, se dirigió a la clienta que había expresado tal opinión y, haciendo uso de la confianza que se dejaba entrever, la invitó a bajar la voz y a reflexionar un poco más antes de efectuar comentarios de esta índole, pues consideraba que, además de no ajustarse a la realidad, eran desacertados por juzgar indiscriminadamente a colectivos enteros. Dándole un giro al asunto, la aludida indica que ella también se lo tenía bien montado, ya que cada cierto tiempo cogía la baja laboral y así aprovechaba para trabajar los fines de semana en un restaurante, con lo cual disfrutaba de más tiempo libre y ganaba más dinero. Asombroso y lamentable, porque forma parte de nuestro panorama social y porque así nos luce el pelo.