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Según la información aparecida
hace unos días en la prensa acerca del coste de las matrículas en las
universidades públicas de las distintas comunidades autónomas, el precio de,
por ejemplo, la carrera de Derecho, puede variar entre los 591 euros de Galicia
y los 1620 euros de Madrid, es decir, el esfuerzo económico de las familias
para acceder a la universidad puede verse casi triplicado en función del lugar
de residencia dentro del territorio nacional. ¿Obedece ello a los gastos en
iluminación, calefacción, materiales formativos, salarios de personal o
mantenimiento de instalaciones? La mayor parte de la ciudadanía (entre la
que me incluyo) no sabe con detalle qué variables intervienen y motivan una
diferencia de semejante calibre, pero estaría encantada de conocer las causas
de la disparidad existente en una materia social de relevancia como es la
educación. En otros asuntos de índole monetario e interés ciudadano (con
independencia del lugar en el que se viva), parece darse una mayor
homogeneización: véase el importe del salario mínimo, la cuantía de las
jubilaciones o la ayuda a parados de larga duración.