sábado, 31 de diciembre de 2011

Moderación y sentido común

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“Ya he salido de casa. Voy en el autobús y me encuentro a la altura de la parada… Ahora estoy caminando por el parque y en dos minutos te pico al timbre”. Fueron tres las llamadas de móvil efectuadas en cuestión de veinte minutos por una compañera de mi hija para comunicarle banalidades, pues lo relevante era encontrarse a la hora y en el lugar establecido, y no el relato previo y en directo del recorrido llevado a cabo hasta ese momento. Quizás sea debido a que llevo algo más de dos décadas realizando guardias periódicas en las que uno tiene que permanecer localizable ya sea a través de emisora, buscapersonas o móvil, pero el caso es que pertenezco a ese bajo porcentaje de la población que, como se indica en el reportaje titulado "Vivir sin móvil" (Magazine,18/XII/2011),  no tiene teléfono móvil. En caso de necesidad, fuera del trabajo utilizo el de mi esposa o el de mi hija. El problema no radica en la existencia de ésta u otras herramientas tecnológicas que, sin duda, contribuyen a facilitarnos la vida, sino en el uso inadecuado de estas. Como en tantos asuntos, lo que hace falta es   moderación y sentido común.

Apreciar y valorar el esfuerzo

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La Nueva España>Opinión>cartas del lector

A saber si la declaración efectuada por un escritor al diario La Vanguardia fue un exceso verbal fruto de un cabreo agudo y pasajero o si, por el contrario, responde a un deseo con escasas probabilidades de verse satisfecho. Expresar que «a los piratas habría que amputarles las manos», la verdad, no puede decirse que sea algo innovador ni merecedor de calurosos y entusiastas aplausos. Además, con los avances dados en las tecnologías de la información y comunicación, aún con muñones podrían seguir realizándose descargas de archivos informáticos. Aunque la filosofía del gratis total es altamente seductora, parece que no es compartida por toda la población o que se aplica de manera selectiva, pues hay datos de ventas que lo ponen de manifiesto. Pienso que la ciudadanía sabe apreciar y valorar el esfuerzo y trabajo bien hecho, y es consciente de que los artistas y creadores también comen. Ahora bien, como dice un amigo, si él tiene que trabajar todas las noches haciendo pan para llegar justito a fin de mes, no acaba de comprender que, por ejemplo, haya quien cobre millones por aparecer unos minutos en una película.

Cuestión de papeleo

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El Comercio>Opinion>cartas del lector

El pasado 30 de noviembre el Tribunal Supremo ordenaba la liquidación de la condena, el 16 de diciembre el último consejo de ministros del Gobierno de Zapatero le concedía el indulto parcial y, transcurridas las fiestas de Nochebuena y Navidad, parece ser que Miguel Montes Neiro, el preso común más antiguo de España, continúa sin pisar la calle debido a problemas burocráticos. En una época en la que puede realizarse una compra a través de internet y recibir el producto en poco más de veinticuatro horas, cambiar de compañía suministradora de… con una llamada telefónica u obtener el pasaporte en un abrir y cerrar de ojos, no deja de sorprender que la puesta en libertad de una persona sufra semejante retraso por cuestión de papeleo. Distintos tiempos, distintas velocidades.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Políticas fructíferas

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Antes no eran más que fríos y grises muros de hormigón formando parte de un paisaje urbano rico en monotonía y condenado a la indiferencia u ostracismo de las miradas. Ahora, en cambio, se han transformado en galerías de arte sin puertas ni persianas, espacios donde muchos chavales expresan inquietudes y ponen de manifiesto su talento. Los graffitis aportan el colorido, la belleza y la alegría tan propios de la juventud a los sombríos y monótonos rincones de nuestros pueblos y ciudades, actúan como fertilizantes en zonas estériles y desprovistas de atractivo. Las políticas que integran y favorecen el diálogo, acercamiento y colaboración entre autoridades y colectivos de jóvenes, sin duda, son fructíferas para la sociedad. .

Las malas artes

Magazine (La Vanguardia)>cartas del lector

Aunque pueda resultar un tanto extraño en estos tiempos,  parece que aún hay personas que rubrican  tratos mercantiles con un apretón de manos y una mirada  directa. Sí, ya sé que ahora también pueden contratarse  servicios a través de una simple llamada de teléfono, pero,  como señala Lucía Etxebarria en su artículo del 11 de diciembre de 2011, la honradez y buena fe son conceptos que, en más ocasiones de las esperadas, suelen ser desconocidos o despreciados por una de las partes. En una época en la cual domina la economía de casino, tal como piensa el arquitecto Jean Nouvel (Magazine, 11/XII/2011), las malas artes pueden llevarse a cabo sin demasiados problemas, pues  tienen a favor el beneplácito del sistema.  


martes, 20 de diciembre de 2011

No se trata de marcas

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Considerando que el lugar de nacimiento es una cuestión circunstancial, algo no planificado o elegido por el nuevo ser que llega al mundo, ¿es sensato alimentar prejuicios que contribuyen a distanciar y crear recelos entre ciudadanos por el mero hecho de tener diferentes orígenes étnicos o geográficos? Leo que una joven italiana de 16 años mantuvo relaciones sexuales con su novio, posteriormente sufre una pérdida de sangre y, con el propósito de evitar que sus padres conozcan la verdad de lo sucedido, dice que fue violada por dos gitanos. Acto seguido, una muchedumbre encolerizada acaba quemando un campamento en Turín. ¿Por qué el foco acusatorio se dirigió hacia personas gitanas? ¿Fruto del azar? La estigmatización y discriminación colectiva carece de argumentos razonables, pues la calidad de las personas no viene garantizada de fábrica, no se trata de modelos o marcas.

lunes, 19 de diciembre de 2011

¿Es posible?

El Comercio>Opinión>cartas del lector

Podría decirse que la carrera del desarrollo y progreso de las naciones es como el sistema de competición establecido entre los equipos de fútbol. Los que están en Primera División, y aun existiendo notables diferencias entre ellos, tienen acceso y disfrutan de las ventajas que ofrece estar posicionado en la categoría más elevada y, por supuesto, sin desear ni contemplar con agrado la posibilidad de descender de nivel. Los situados en Tercera División tienen como objetivo conquistar niveles superiores, es decir, mejores retribuciones, viajes en avión y dormir en buenos hoteles. Yy, como es de esperar, no aceptan ni reconocen autoridad moral en quienes desde el lujo o confort les puedan solicitar que renuncien al ascenso. Quienes juegan en las divisiones más bajas quizás tengan que comprarse la ropa y ducharse en agua fría, aunque sin desterrar la esperanza de que sus hijos lleguen a subir peldaños. Por ello, ¿de verdad sorprenden tanto los fracasos obtenidos en las cumbres mundiales celebradas al objeto de intentar consensuar acuerdos relativos a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero u otras cuestiones de carácter preventivo o correctivo en materia medioambiental o social? ¿Es posible lograr sensatos y loables propósitos desde circunstancias y puntos de partida tan distantes? Y, por si fuera poco, la OCDE advierte del incesante incremento de la desigualdad en los países más avanzados.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Algunos cables cruzados

Magazine (La Vanguardia)>cartas del lector

Dice el ingeniero Iván Quintana en la sección Jóvenes extraordinarios del Magazine del 4 diciembre de 2011 que es triste contemplar la diferencia existente entre España y otros países desarrollados en el volumen de financiación e inversión destinado al  campo de la investigación. Sin embargo, hay otros sectores en los que la escasez de caudal económico no parece afectar con igual ya que se conceden indemnizaciones de escándalo por conducir a una entidad bancaria al rescate estatal, o fichajes deportivos multimillonarios.   ¿Cómo asimilar que el trabajo y talento de los científicos e investigadores pueda verse amenazado por la falta de recursos económicos, cuando se dedican tantos medios a otras cuestiones que no son comparables en cuanto a beneficio social se refiere? Sin duda,  la sociedad tiene algunos cables cruzados. Ante el descubrimiento de una nueva vacuna y la cara de una famosa tras pasar por quirófano para hacer unos retoques estéticos,  ¿qué nos parece más interesante?


jueves, 15 de diciembre de 2011

La que estamos cocinando

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Cada vez son más numerosas las voces de intelectuales, expertos en economía, políticos, reconocidos profesionales de los más diversos sectores y anónimos ciudadanos que muestran su decepción, preocupación o indignación por la depreciación del esfuerzo en beneficio de la economía especulativa, por el desplazamiento que sufre el valor del trabajo tras ser arrinconado por la ambición y desvergüenza. Es decir, que las moralejas extraídas de viejas fábulas como la de la cigarra y la hormiga han quedado tan desfasadas como las máquinas de escribir. Y, ahora, qué les decimos a nuestros jóvenes, ¿que la honestidad, el respeto y la empatía son valores en periodo de extinción? "Oye, hija, que aquello de tener un trabajo digno y honrado e ir por la vida manteniendo una actitud que facilite un mundo más humano y feliz, me parece que se trataba de una tontería, de un idealismo trasnochado". Si llegamos a este punto, menudo fracaso colectivo, menuda basura de sociedad la que estamos cocinando.

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Ojalá se equivoquen

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Teniendo en cuenta la evolución de la crisis y sus efectos sociales, para un ciudadano de a pie y desconocedor de fundamentos y teorías económicas que sobrepasen las fronteras del ámbito doméstico, los acuerdos adoptados en la cumbre del euro no dejan de ser poco más que titulares de prensa. Lo que los ciudadanos europeos esperamos de nuestros líderes e instituciones son ideas y proyectos que pongan freno al declive social, económico y político acontecido en los últimos tiempos, medidas con capacidad suficiente para reactivar y mantener viva la confianza y eficiencia en el desarrollo en un objetivo común: procurar unas condiciones de vida dignas en el continente manteniendo la colaboración y concordia entre países. Si los consensos alcanzados en esta cumbre no son fruto del azar o capricho, sino que habrán sido tomados como consecuencia de sesudos estudios e informes llevados a cabo por prestigiosos expertos, ¿cómo es posible que personas como Joseph Stiglitz (Premio Nobel de Economía) y Martin Wolf (jefe de opinión económica del Financial Times ) coincidan al señalar que con acciones similares iremos al colapso? Ojalá se equivoquen estos últimos porque, en caso contrario, ¡qué oscuro lo tendremos!

domingo, 11 de diciembre de 2011

Algo más innovador y original

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Cuando se compra un vehículo nuevo hay que pagar el pertinente impuesto de matriculación, anualmente habrá de hacerse cargo del impuesto de vehículos de Tracción mecánica (IVTM) o viñeta, la mitad del precio del combustible corresponde a impuestos, hay que abonar tasas por aparcar en buena parte de nuestros pueblos o ciudades y satisfacer el IVA por la adquisición del vehículo, la inspección técnica (ITV), los mantenimientos, etc. Y, recientemente, desde la Dirección General de Tráfico se ha mencionado la posibilidad de efectuar un desembolso por la utilización de las carreteras. Aplicando la filosofía de que pague el que lo use, quienes no tienen hijos estudiando, ¿tendrían que verse exentos de contribuir a la financiación de la educación?; quienes no utilizan el transporte ferroviario, ¿tienen que costear la ejecución y mantenimiento de sus infraestructuras?; quienes no realizan prácticas deportivas en pabellones o polideportivos municipales, ¿deben hacerse cargo de los gastos generados por los mismos? De los gestores de los recursos públicos se esperan medidas y propuestas algo más innovadoras y originales que sumar tributos a los ciudadanos

Precio de alquileres

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"Cómo se nota que no tiene demasiados problemas para llegar a fin de mes", me comentó en el ascensor una vecina pensionista tras leer en el periódico que el propietario de un local comercial no estaba dispuesto a alquilarlo por mil euros mensuales, al estimar que se trataba de una cantidad baja o insuficiente. "Con doscientos y pico euros menos tengo que arreglármelas yo hasta la próxima paga", recalcó, un tanto molesta por lo que consideraba una actitud fuera de lugar, teniendo en cuenta las dificultades que acechan en estos tiempos.
Vamos, que a la hora de responsabilizar y demandar soluciones a terceros, nos apuntamos todos, pero cuando hay que colaborar o arrimar el hombro parece que cambia el tema. Y no acabó ahí la cosa, pues acto seguido se preguntó cómo la gente joven puede abrir negocios y salir adelante si tiene que hacerse cargo de semejantes alquileres.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Díficil tarea

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Personas que elaboran pan, recogen basura o atienden urgencias mientras la ciudad duerme; personas que permanecen durante días, semanas o meses separados de sus familias recorriendo el asfalto o navegando por mares y océanos para hacer posible la distribución de materias y productos; personas que pasan largas y duras jornadas trabajando en la agricultura, la ganadería, la construcción. En fin, mientras que millones de ciudadanos se ganan honestamente la vida con el sudor de su frente y hacen posible el funcionamiento del sistema, ambiciosos mercaderes y amantes de la opulencia se forran con el esfuerzo del prójimo y enrarecen el ambiente. Y, además, sin dificultad alguna para conciliar el sueño, ya que se contempla con absoluta impasibilidad la desdicha ajena. No parece sencilla la tarea de descontaminación o eliminación de la obscenidad, usura y envidia social, pues la cultura del dinero fácil y falto de escrúpulos se ha extendido y penetrado profundamente en la piel de nuestra sociedad.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Mimetismo

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Entre un bolígrafo con forma de jeringuilla y un agente a sueldo con falsa identidad en Internet, cuestiones tratadas por Quim Monzó  y Andrés Trapiello (Magazine, 20 de noviembre del 2011), hay algo en común: que no son lo que parecen ser. Obviamente, las formas empleadas e intenciones perseguidas con el mimetismo difieren sensiblemente, pues, mientras en unos casos son transparentes   y simpáticas, en otros son oscuras e indecorosas. Hay; hay quienes acceden al mundo de la política portando disfraces de desinteresados servidores  públicos cuando, en realidad,  sólo buscan satisfacer intereses personales; o hay quienes  ofrecen y prometen buen servicio y atención al cliente, pero camuflan los enredos en la letra pequeña. En fin, que hay que estar al loro. Aunque, por fortuna, frente a  la falsedad y mala fe siempre han  existido extensas e intensas corrientes de honradez y empatía.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Concienciación colectiva

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XL Semanal>cartas del lector

Desde que tengo uso de razón, la imagen social cosechada alrededor de la figura de los inspectores de Hacienda es, poco más o menos, la de unos gélidos e inexorables usurpadores que llaman a la puerta para dejarte a dos velas, la de unos insaciables vampiros del esfuerzo ajeno. Y, sin embargo, los expertos estiman que el fraude fiscal en España es de decenas de miles de millones de euros (en torno al 23% del PIB), superando en diez puntos a la media europea. Hace unos días leí un artículo del diplomático español Antonio Núñez, donde indicaba que, entre distintas cuestiones consideradas como fundamentales e irrenunciables en Suecia para hacer posible la sostenibilidad del Estado de bienestar, está la de llevar a cabo “una política fiscal obsesivamente justa y distributiva”. Se habla constantemente de la innovación en el ámbito de los sectores productivos como factor determinante para mantener el progreso y desarrollo de nuestro país, pero, ¿es ello posible sin una reforma sustancial de la concienciación colectiva respecto a la responsabilidad contraída en materia de equilibrio y justicia social?