jueves, 28 de noviembre de 2013

Fajas sociales

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Según parece, la utilización de los rígidos e incómodos corsés confeccionados en siglos pasados, vistos en muchas ocasiones en películas de la época, podían llegar a causar el desvanecimiento por un ajuste excesivo que evitaba respirar con normalidad, y su uso continuado era capaz de provocar la deformación de la cavidad pulmonar y el desplazamiento de algunos órganos.  Aquellas prendas pasaron al olvido,  sin embargo,  ahora están poniéndose de moda unas fajas sociales inconfortables y molestas,  que aprietan y reducen la calidad de vida de la población, que restringen los derechos  los ciudadanos.  Y, ante unos atuendos que resultan  desagradables y fastidiosos, la reacción  lógica es buscar alternativas, crear  diseños más proporcionados y adaptados a la equidad, capaces de procurar mayor bienestar colectivo.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Lo que hay debajo

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Días antes de leer el reportaje “Invertir bien” (Magazine del 10 de noviembre), puede escuchar en la radio a un directivo de la denominada banca ética, y hay que decir que los planteamientos y objetivos expuestos en la entrevista son interesantes, pues hablan de la obtención de beneficios aunque no a cualquier precio. Es decir, llevar a cabo una actividad financiera divorciada de la ambición especulativa, de la explotación laboral, de la siembra de precariedad social y del fraude y el engaño. Conforme la ciudadanía vaya mostrando mayor sensibilidad y preocupación por el recorrido y las consecuencias sociales de las inversiones en las que se depositan los ahorros,  por la trazabilidad humana de los productos adquiridos en el mercado y de los servicios contratados, el espacio dedicado al cultivo de la arbitrariedad se irá quedando más pequeño. Indicaba Quim Monzó al referirse a las novedosas camisetas masculinas simuladoras de  masa muscular, que éstas van a ser motivo de muchas decepciones, cuando el desnudo revele lo existente bajo el engañoso revestimiento. ¿Qué éxito de ventas tendría un artículo en cuya etiqueta constara que ha sido elaborado por mano de obra infantil bajo condiciones de  esclavitud?

Movimientos migratorios

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Hace poco  fueron realizadas  declaraciones políticas que, poco más o menos,  establecían una relación entre la emigración de la juventud española y la búsqueda o necesidad  de aventura  experimentada en esa etapa de la vida, unas explicaciones con escasa capacidad de convicción que cosecharon más estupefacción que aplausos.  Si la causa principal de los movimientos migratorios fuera el ánimo de vivir nuevas experiencias,  de respirar olores desconocidos, de probar otros sabores y  de observar cielos y  paisajes con distintas tonalidades, las personas no abandonarían a sus familias para ser víctimas de naufragios, sufrir violaciones y abusos durante el trayecto o dejarse la piel en alambradas fronterizas.  Hoy, la mayor parte de los jóvenes que abandonan España salen en autocar, tren o avión  con el objetivo de encontrar un presente y futuro más prometedor, esperemos que mañana no se vean abocados a reproducir situaciones tan duras e ignominiosas como  las padecidas en la actualidad por ciudadanos de otras etnias y nacionalidades que  tratan de alcanzar situaciones de mayor seguridad y bienestar.  Por desgracia, parece que el ser humano pone bastante empeño en crear condiciones inhóspitas para la vida.

viernes, 22 de noviembre de 2013

Sin atender a etiquetas

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Al leer la leve y accidentada historia del joven palestino Rami Ismael, protagonista de la contraportada de un diario nacional, puede extraerse una triste y lamentable  conclusión: la confrontación entre palestinos e israelíes parece disponer de nutrientes suficientes para hacerla sostenible a lo largo del tiempo. Que un chaval de 17 años desee hacerse abogado con el propósito de echar una mano a jóvenes compatriotas  encarcelados como consecuencia del conflicto existente entre ambos pueblos,  es indicativo de la intensidad y el alcance del desprecio y recelo interiorizado por las nuevas generaciones, una muestra clara de la grave erosión que sufre la concordia y el buen rollo, una evidencia del fracaso obtenido tras décadas de decisiones y actuaciones políticas ricas en discordia y distanciamiento.   Ojalá que los vástagos de Rami, así como los de cualesquiera otros adolescentes (sean israelíes o palestinos), tengan el objetivo y la oportunidad de estudiar para  defender e impulsar el entendimiento, la dignidad y la calidad de vida de las personas sin atender a etiquetas generadoras de menosprecio, fanatismo y mucho sufrimiento.

domingo, 17 de noviembre de 2013

Piratería

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La detención del pirata somalí que, como dice Quim Monzó en el Magazine del 3 de noviembre, se lanzó al cebo de vanidad sin percatarse de la presencia oculta del anzuelo al que luego se vería enganchado,   es una noticia con posibles efectos balsámicos para quienes han sido víctimas de sus fechorías, y una jugada de los servicios secretos belgas ante la que cabe quitarse el sombrero.  Sin embargo, existen piratas que, portando disfraces de honestos servidores públicos y de infatigables creadores de riqueza colectiva,  abordan y causan daños graves en los servicios públicos, desvalijan el cofre de los contribuyentes y condenan a galeras a millones de ciudadanos, y, aunque pueda resultar curioso, no son objeto de búsqueda y captura. Por lo visto, hay actividades de piratería que gozan de salvoconducto y de puertos fiscales donde depositar los frutos recogidos.

viernes, 15 de noviembre de 2013

Intenso olor a añejo

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Aunque no está en mi cabeza regalar o recomendar a una mujer un  libro del estilo “Cásate y sé sumisa”, pues nunca he logrado llegar a entender  que  aproximadamente la mitad de la población mundial deba disfrutar de un menor grado de derechos sociales y dignidad personal por el mero hecho de haber nacido con el sexo femenino, la verdad es que la publicación del título mencionado no me ha causado sorpresa o estupor.  Como es sabido, el progreso científico y tecnológico y las ideas no siempre caminan de la mano, y estar en el siglo XXI no significa que los planteamientos  o esquemas mentales con intenso olor a añejo  estén en vías de desaparición. A poco que se practique el ejercicio de asomarse a la ventana de la realidad global y observar el paisaje cotidiano,  el espacio reservado para el asombro va estrechándose (no así el de la indignación motivada por el volumen de necedad, intolerancia, atropello y discriminación que arrolla sin miramiento alguno la vida de tantas mujeres).   En materia de respeto e igualdad de género (y también en desigualdad social), por desgracia, es obvio que aún queda mucho por recorrer.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Patéticos tratamientos

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Con regularidad,  mandatarios de múltiples naciones acuden a  cumbres internacionales donde la agenda del día está perfumada con buenas intenciones y cargada de mensajes que acarician el oído de la ciudadanía. Hay días señalados en el calendario en los que, año tras año, se conmemora la lucha contra el trabajo infantil, la pobreza, la discriminación racial o la guerra.  Periódicamente, galardones como Los Premios Nobel y Los Premios Príncipe de Asturias reconocen y ensalzan la labor y el compromiso  de las personas u organizaciones en pro de la  convivencia y el bienestar colectivo. Y, sin embargo, como dice  Ángeles Caso en su artículo del 27 de octubre, parece que el rumbo de la globalización está marcado por vientos huracanados de ambición e indiferencia que condenan a gran parte de la población mundial a malvivir en entornos de penuria, exclusión y violencia, circunstancias que acaban dando lugar a  tragedias como la acontecida recientemente en aguas próximas a la isla de Lampedusa. Aunque, para suavizar y enmascarar el mal olor de la vergüenza en estado de descomposición, existen patéticos tratamientos a base de eufemismos e hipocresía.

viernes, 8 de noviembre de 2013

La indiferencia no es recíproca

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En cuántas ocasiones habremos oído  (o dicho) la frase “yo paso de política”, como si se tratara de un estilo musical o una marca de ropa. Sin embargo,  parece que en semejante  materia  la indiferencia no es recíproca, pues  aunque a uno le resbale la política, sus tentáculos están presentes en cuestiones como la oportunidad de educación de los hijos,  la cobertura sanitaria,  el entorno laboral, el acceso a la vivienda, la presión fiscal, la intolerancia con la corrupción, la expresión de la variedad, la distribución de la riqueza, las pensiones o la seguridad alimentaria. Y, ante asuntos de semejante calado, ¿es recomendable y ventajoso escoger el desentendimiento  como pareja de viaje? Si  se dedicara la mitad de atención e interés a las cosas de comer  que la dedicada a conocer intimidades,  pronosticar resultados deportivos o envidiar privilegios  cimentados en la inmoralidad, el cuadro social tendría  distinto colorido.

Combatir la corrosión

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Cada vez es mayor el número de voces que muestran preocupación y alertan sobre el aumento paulatino de la superficie que las formaciones u opciones alejadas de la moderación ocupan en el mapa político europeo.  Sin embargo,  parece que el viento de las políticas predominantes en el  continente sopla en una dirección que no ayuda a corregir y disminuir la intensidad de los factores de riesgo, pues día a día se suceden e incrementan las manifestaciones de descontento y hastío de los ciudadanos en distintos países. Y es que, a cada paso que avanza la rapiña, el desequilibrio distributivo y la erosión del Estado de bienestar,  crece la desconfianza y el desapego hacia la democracia  y se recortan las  distancias de los caminos que conducen a los extremos. Se dice que cuando la precariedad entra por la puerta, la ética puede salir por la ventana. Para combatir  la corrosión hay que eliminar las causas que la producen, así como aplicar tratamientos de saneamiento y protección sobre las partes afectadas,  cuestiones que deben encontrarse entre los objetivos prioritarios de los gobernantes.

lunes, 4 de noviembre de 2013

Una afición agridulce

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Desde hace dos o tres años, la miel consumida en casa la cogemos a un conocido cuyo padre tiene unas cuantas colmenas en la zona rural de una provincia vecina, un entretenimiento que le  entusiasma desde hace décadas.  Según me comentó meses atrás, habían recibido una notificación de la administración competente informándoles sobre la necesidad de instalar un vallado de protección en el terreno donde están ubicadas las abejas, de  tener un seguro de responsabilidad civil y de abonar las tasas correspondientes por la actividad realizada. En definitiva, obtener unos quilos de miel se transformó en una afición agridulce. Por lo leído en el sorprendente reportaje acerca de la apicultura  en la ciudad de Nueva York (Magazine del 20 de octubre), podría decirse que en la actualidad quizás sea más sencillo y económico  tener unas colmenas en la gran metrópoli norteamericana que en el campo español.
Por otra parte, decir que la lectura del reportaje sobre el vermut, bebida que cumple 150 años de existencia, me trajo gratos y entrañables recuerdos  de la adolescencia, cuando algunos domingos, antes de la comida,  acudía con mi padre a tomar un vermut de color con unas gotas de ginebra y una rodaja de limón.