viernes, 8 de noviembre de 2013

La indiferencia no es recíproca

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En cuántas ocasiones habremos oído  (o dicho) la frase “yo paso de política”, como si se tratara de un estilo musical o una marca de ropa. Sin embargo,  parece que en semejante  materia  la indiferencia no es recíproca, pues  aunque a uno le resbale la política, sus tentáculos están presentes en cuestiones como la oportunidad de educación de los hijos,  la cobertura sanitaria,  el entorno laboral, el acceso a la vivienda, la presión fiscal, la intolerancia con la corrupción, la expresión de la variedad, la distribución de la riqueza, las pensiones o la seguridad alimentaria. Y, ante asuntos de semejante calado, ¿es recomendable y ventajoso escoger el desentendimiento  como pareja de viaje? Si  se dedicara la mitad de atención e interés a las cosas de comer  que la dedicada a conocer intimidades,  pronosticar resultados deportivos o envidiar privilegios  cimentados en la inmoralidad, el cuadro social tendría  distinto colorido.