El Montañés>Opinión>cartas del lector
Hoy>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector
El País>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector
En cuántas ocasiones habremos
oído (o dicho) la frase “yo paso de política”, como si se tratara de un
estilo musical o una marca de ropa. Sin embargo, parece que en
semejante materia la indiferencia no es recíproca, pues aunque
a uno le resbale la política, sus tentáculos están presentes en cuestiones como
la oportunidad de educación de los hijos, la cobertura sanitaria,
el entorno laboral, el acceso a la vivienda, la presión fiscal, la intolerancia
con la corrupción, la expresión de la variedad, la distribución de la riqueza,
las pensiones o la seguridad alimentaria. Y, ante asuntos de semejante calado,
¿es recomendable y ventajoso escoger el desentendimiento como pareja de
viaje? Si se dedicara la mitad de atención e interés a las cosas de
comer que la dedicada a conocer intimidades, pronosticar resultados
deportivos o envidiar privilegios cimentados en la inmoralidad, el cuadro
social tendría distinto colorido.