En saco roto

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Escuchando las opiniones expresadas a diario en las tertulias anónimas y espontáneas que tienen lugar en las  tiendas, cafeterías o calles de nuestros pueblos y ciudades, parece que es mayor la confianza de los gorriones del entorno  del  Museo Guggenheim Bilbao hacia las personas,  que la mostrada en los últimos tiempos por parte de la ciudadanía  hacia los gobernantes e instituciones. Mensajes como el de “Hacienda somos todos”, empleado hace años al objeto de concienciar a la población respecto a la importancia que tiene el juego limpio en la tributación de impuestos, en estos momentos no solo caerían en saco roto, sino que darían lugar a reacciones  cómicas, sarcásticas o de indisimulable disgusto, pues, según declaraciones públicas de los inspectores, mientras las redes destinadas  a la pesca de la sardina son objeto de control y mantenimiento periódico,  las empleadas para la captura del atún y pez  espada  presentan grandes y descuidados boquetes. Y tal como dijo el otro día un pescadero del barrio,   una pieza de 75 gramos no cubre un plato,  pero una de  400 kilos da para que coman un buen número de familias.

¿Es posible crear un clima de colaboración y acercamiento sin ejemplaridad y equilibrio?

 

Levantando muros

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Al echar cuenta del coste que hubiera supuesto comprar las entradas para acceder a los monumentos  y museos  localizados en la parte vieja de una población española visitada recientemente, señalados como puntos de interés  en el plano facilitado en las oficinas de Información y Turismo, fue una sorpresa observar que la suma era equivalente al importe abonado por dos noches de estancia (incluido desayuno) en una habitación triple.  Puede existir el deseo de contemplar elementos singulares, así como la curiosidad de conocer aspectos históricos y culturales de  ciudades que tienen el sello de Patrimonio de la Humanidad, pero sin un bolsillo holgado hay que mirar los exteriores y pasar de largo.  En una situación económica como la presente,  un precio de 8 euros  para ver el interior de una catedral,  no deja de ser un obstáculo infranqueable o difícil de superar para muchas personas y familias de este país. Parece que las cuestiones relativas a la educación y cultura van levantando muros y tomando distancia respecto a la población.

 

Brotan con vigor

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Con un menú semanal  cargado de noticias que dan cuenta de la tremenda cantidad de telarañas de inmoralidad social y democrática  tejidas con mayor o menor meticulosidad y provecho   a lo largo del tiempo, ¿es extraño que la población  muestre síntomas inequívocos de desánimo, malestar y hastío? Cunde la sensación de que la  anomalía y el despropósito van  camino de alcanzan tal magnitud, que cualquier día  es posible asistir al nacimiento de una asociación en defensa de quienes responden ante la Justicia por su implicación en casos de corrupción, desfalco o evasión de capitales. Incluso podrían llevarse a cabo campañas de información y sensibilización colectiva con el fin de recaudar fondos destinados a la financiación de la misma, así como convocar manifestaciones con originales eslóganes y pancartas, marchas a pie y acampadas en plazas públicas reivindicando el mantenimiento de tan loables y altruistas actividades sociales.

Ahora bien, a pasar del fraude y desengaño acumulado,  brotan con vigor deseos de acometer reformas que eviten la proliferación de la inmundicia y procuren una mayor higiene democrática.

Un pasito atrás

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Ten cuidado  con el perro, no vaya a ser que  tenga la rabia, era una advertencia concisa y portadora de una amenaza de magnitud desconocida, aunque al calibrar el tono y los ademanes adoptados por la figura protectora (madre, padre, tía, etc.), todo indicaba que no se trataba de nada bueno. Es un recuerdo surgido y rescatado de la infancia tras leer que, después de 35 años, ha sido activada la alerta por rabia canina en España al detectar un caso en Toledo. Recientemente, médicos especialistas en tuberculosis mostraban asombro y desacuerdo con una situación que calificaban de vergonzosa, al no haberse implementado (por distintos gobiernos) medidas encaminadas a erradicar una enfermedad que se ceba con los pobres.  Asimismo, parece que una revista inglesa ha divulgado las conclusiones de la evaluación realizada por expertos en salud pública acerca de los efectos derivados de las políticas de austeridad, de las acciones guiadas por la brújula económica, y los pronósticos en materia sanitaria indican que habrá más goteras en el tejado.

Un pasito atrás, otro  pasito atrás y, a la vuelta de la esquina, los móviles de última generación operarán en un entorno social de  tiempos pasados.

Valientes y generosas

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No me habría resultado chirriante lo dicho por Mercedes Milá en la conversación publicada en el  XL Semanal del 26 de mayo, si   las atribuciones  valientes y generosas fueran destinadas a las personas que toman la decisión de alejarse de entornos de convivencia y seguridad para ofrecer su tiempo y conocimientos  en zonas castigadas por la miseria y el atropello,   que cruzan fronteras con el fin de poner voz y rostro a las víctimas anónimas de la crueldad  y el horror de las guerras,  que toman partido  por  la dignidad y la decencia en un terreno abonado para la ruindad, o las que ponen en riesgo su integridad por educar y enseñar bajo la sombra a niñas deseosas de ampliar el angular de un horizonte áspero y estrecho. Sin embargo, la concesión indiscriminada de tales cualidades   a quienes entran en “Gran Hermano”,  parece tener escaso peso específico.

Considero que hay más arrojo y compromiso en algunas de las opiniones escuchadas a la periodista y presentadora en la radio y televisión, que en el mero hecho de  participar en el programa mencionado. En mi opinión, un espacio televisivo rico en banalidad pero estéril en cuanto aprendizaje o ilustración social se refiere.

A espaldas de esta

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Según revelaciones realizadas a la prensa por un joven ex informático que trabajó en  agencias de seguridad estadounidenses, las declaraciones amorosas, confidencias sentimentales, conversaciones entre amistades, compromisos sociales y cualesquiera otra clase de comunicaciones personales o privadas llevadas a cabo por los ciudadanos a través de la telefonía e Internet, parece ser que son fruto de un voyeurismo oculto, silencioso y permanente que, aunque ocasionalmente pueda llegar a producir  un estado de  excitación sexual en quienes escuchan u observan,  guarda nula relación con el erotismo.

Si se entiende por democracia la intervención del pueblo en el gobierno, ¿qué decir y cómo definir una vigilancia masiva e indiscriminada de los pasos, sentimientos  e inquietudes de la ciudadanía a espaldas de esta? Si en aras de la prevención y seguridad nacional fuera considerada como eficaz e idónea una medida de semejante calibre, ¿no debería someterse a la reflexión y el visto bueno de las urnas?

A tenor de la evolución global, es obvio que la idea de que cualquier tiempo pasado fue mejor ha tenido poco éxito, pero viendo cómo va el tema, quizás vuelvan las cartas lacradas y las palomas mensajeras.

 

Es genial

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Esta semana ha salido en la prensa que  una población de Irlanda del Norte cercana al lugar de la próxima cita del G-8, está siendo objeto de una operación cosmética destinada a encubrir  una realidad afectada por el eccema de la recesión económica, no vaya a ser que el reflejo de la precariedad e inactividad comercial  pueda afectar o quedar impreso en las retinas de los mandatarios.  Con unas lonas o adhesivos los locales cerrados recuperan la imagen  de dinamismo que tuvieron en tiempos recientes, y con un poco de cemento y unas manos de pintura se lava la cara de las edificaciones existentes en el recorrido. Cuidadas representaciones teatrales realizadas para minorías, aunque estériles para cubrir y aliviar las  necesidades elementales de  la población.

Es genial, por un lado se arrasan los campos de trigo, y por otro se dibujan panes de papel.

 

De difícil entendimiento

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Dada la tendencia de los últimos tiempos a utilizar suavizantes  verbales, hay quienes podrán decir que estamos atravesando una situación que presenta ciertas dificultades para atender todas las necesidades fisiológicas de los menores, en cambio,  personas como el  padre Angel, fundador de la asociación Mensajeros de la Paz, prescinden del disimulo y rodeo y caminan en línea recta y de cara al viento, es decir, a tener el estómago vacío lo llaman hambre.

Si se ensalza y aplaude  la colaboración y participación ciudadana dirigida a proporcionar alimentos a las familias sin posibilidades económicas, ¿por qué lanzar críticas  y comentarios  despectivos hacia las medidas de los gobiernos autonómicos o locales  destinadas a facilitar tres comidas diarias a los niños  cuyos progenitores carecen de recursos?  Algo de difícil entendimiento.

Para que la promoción de la Marca España tenga éxito,  hay que procurar que el bienestar de la población no se encuentre por los suelos.

 

Heridas

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Bajo una mezcla de sencillez, cercanía, curiosidad, preocupación, seriedad, ironía, perseverancia y aparente inocencia, el conductor del programa  Salvados, Jordi Évole, ha puesto de manifiesto que existe una demanda por parte de la población de espacios televisivos dedicados a escrutar e informar  con honestidad y de manera asequible  acerca de temas que condicionan  el entorno social, es decir, que  tienen una  repercusión sustancial en la vida de las personas. Se dice que tras la crisis muchas cosas no volverán a ser como antes, y, entre ellas, quizás se encuentre  una mayor inquietud, implicación y exigencia  de la ciudadanía en  lo referido al diseño y al discurrir del sistema democrático. Como señalan las encuestas,  la confianza depositada en la representación política de cara al bienestar general  ha sufrido unas cornadas de gravedad,  y las heridas causadas por la impudicia, deslealtad y avidez  tardan en cicatrizar.

Adolescentes, alcohol y multas

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Aun desconociendo el número de adolescentes cuyos rostros son conocidos en las urgencias hospitalarias por entrar  bajo  una situación de coma etílico en repetidas ocasiones,  me inclino a pensar que la cifra no debe ser elevada,  pues  es de suponer que semejante experiencia no es algo  como para cogerle gusto. Y, en el caso de  darse una conducta reiterada  de consumo  intensivo y descontrolado de alcohol, antes de proceder a imponer una sanción económica a los progenitores, ¿no sería mejor tratar de analizar  los factores que conducen al adolescente al hospital (desde el primer ingreso) y, si procede, invitar a la familia a participar en programas preventivos? A criterio de los expertos,  aspectos como el consumo habitual e inmoderado  de bebida en el ámbito familiar, una comunicación y relación deficiente entre padres e hijos, una incapacidad parental para ajustar y orientar horarios y hábitos o unas circunstancias socio-económicas y familiares desesperanzadoras, pueden conducir a los menores a  mantener comportamientos de riesgo difíciles de reconducir a base de multas. En cambio, parece haber una mayor apuesta y confianza hacia el establecimiento de acciones formativas dirigidas a las familias, sin obviar las políticas destinadas a reducir la pobreza y exclusión social. 

 

La unión de sueños

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Bajo el camuflaje de la profesionalidad,  el patriotismo y la vocación de servicio público se esconde una corrosión que, como expresa Ángeles Caso  en su  artículo del 12 de mayo, deteriora la calidad de vida de la población y genera una sensación de  desengaño que socava la confianza en las instituciones del sistema democrático. Se dice que ahora no hay distancias, pues cualquier lugar está a unas horas de vuelo, sin embargo, la brecha entre ricos y pobres crece sin pausa.  Albergar esperanzas de ver un mundo iluminado por la nobleza, fraternidad y justicia, quizás sea una ingenuidad, pero resulta imprescindible para tomar cierta distancia del territorio  donde prevalece la  oscuridad de la sinrazón, para depurar escenarios contaminados por la indignidad y el atropello.  La concentración de granos de arena forma una duna que transforma el paisaje, y la unión de  sueños cambia realidades.

 

Contaminación mental

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Reportajes fotográficos de niñas  posando con atuendos y gestos sensuales, chistes perfumados con el rancio olor del machismo, comentarios (serios o supuestamente jocosos)  en los que la mujer es objeto de desprecio y/o groserías,   chicas  que participan con entusiasmo en programas de televisión que proyectan una imagen desvirtuada de la figura femenina, o adolescentes dando muestras de una idolatría y entrega incondicional  hacia cantantes o grupos musicales formados por chicos (algo que no se produce en sentido inverso), son algunos de los nutrientes contenidos en la   savia  que circula por la sociedad   favoreciendo  el mantenimiento de  una cultura  irracional. ¿Cuántas mujeres  (sin olvidar a los hijos) son víctimas de la contaminación mental absorbida y concentrada por sus parejas desde la infancia?   Sin un cambio en la alimentación educativa  y cultural, las nuevas generaciones  también estarán expuestas al riesgo de desarrollar una obesidad de posesión e insensatez generadora de injusticia, infelicidad  y sufrimiento.

¿Por qué cuesta tanto asimilar que la casualidad de nacer con el sexo masculino no es un  atributo que conceda más derechos ni supremacía ante las compañeras de viaje?