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Dada la tendencia de los últimos
tiempos a utilizar suavizantes verbales, hay quienes podrán decir que
estamos atravesando una situación que presenta ciertas dificultades para
atender todas las necesidades fisiológicas de los menores, en cambio,
personas como el padre Angel, fundador de la asociación Mensajeros de la
Paz, prescinden del disimulo y rodeo y caminan en línea recta y de cara al
viento, es decir, a tener el estómago vacío lo llaman hambre.
Si se ensalza y aplaude la
colaboración y participación ciudadana dirigida a proporcionar alimentos a las
familias sin posibilidades económicas, ¿por qué lanzar críticas y
comentarios despectivos hacia las medidas de los gobiernos autonómicos o
locales destinadas a facilitar tres comidas diarias a los niños
cuyos progenitores carecen de recursos? Algo de difícil entendimiento.
Para que la promoción de la Marca
España tenga éxito, hay que procurar que el bienestar de la población no
se encuentre por los suelos.
