Bajo
una mezcla de sencillez, cercanía, curiosidad, preocupación, seriedad, ironía,
perseverancia y aparente inocencia, el conductor del programa Salvados,
Jordi Évole, ha puesto de manifiesto que existe una demanda por parte de la
población de espacios televisivos dedicados a escrutar e informar con
honestidad y de manera asequible acerca de temas que condicionan el
entorno social, es decir, que tienen una repercusión sustancial en
la vida de las personas. Se dice que tras la crisis muchas cosas no volverán a
ser como antes, y, entre ellas, quizás se encuentre una mayor inquietud,
implicación y exigencia de la ciudadanía en lo referido al diseño y
al discurrir del sistema democrático. Como señalan las encuestas, la
confianza depositada en la representación política de cara al bienestar
general ha sufrido unas cornadas de gravedad, y las heridas
causadas por la impudicia, deslealtad y avidez tardan en cicatrizar.