miércoles, 30 de septiembre de 2015

Sensibilidad selectiva

El Diario Montañés>Opinión>cartas del lector
Diario Sur>Opinión>cartas del lector
El Correo>Opinión>cartas del lector
La Voz de Cádiz>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector

Al ver las imágenes de miembros de una asociación protectora de animales francesa que, a través de la fuerza,   acaban quitando el cachorro a un mendigo que forcejea sin éxito en una calle de París, uno se queda de piedra. Por lo visto, parece que hay quien considera que las ásperas y lamentables condiciones de vida padecidas por las personas sin techo no son las  adecuadas para estar en posesión de un perro, llegando a otorgarse la autoridad y el derecho a decidir qué ciudadanos pueden tener o no una mascota, e incluso usando métodos susceptibles de causar lesiones físicas.  Algunos titulares se han referido a los  integrantes de la protectora empleando el término ‘animalistas’,    sin embargo, es  complicado llegar a comprender las muestras de empatía y desprecio puestas de relieve con semejante actuación, pues la preocupación de los mismos ante las circunstancias del hombre y  el animal llevan el nítido sello del desequilibrio.


jueves, 24 de septiembre de 2015

Perfume humano

La Voz de Galicia>Opinión>cartas del lector
El País>Opinión>cartas del lector
Hoy>Opinión>cartas del lector
Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector

Con el paso del tiempo es natural ir perdiendo vista; sin embargo, hay personas que, al ir cumpliendo años, parecen conservar e incluso mejorar la capacidad de visión de manera sorprendente y admirable. También hay casos en los que no solo se merma la facultad de ver, sino que los espacios son percibidos con alteraciones notables,  las imágenes llegan desfiguradas y las sombras acaban confundiéndose con las luces. Cumplida la edad de ochenta primaveras, el señor José Mujica, ex presidente de Uruguay, es una persona de mirada clara, higiénica, sabia, comprometida,  sensible, extensa, sobria,   profunda,  honesta y  coherente, un individuo  de palabras  sensatas y pasos  transparentes,  un político que invita a la reflexión emocionando  y erizando el vello. Qué fresca y saludable podría ser la atmósfera  mundial si el aire estuviese impregnado en  mayor proporción de un perfume humano con características similares.


Aristas de la realidad

La Voz de Galicia>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector

Hace unos días, escuche en la radio unas declaraciones efectuadas por el delegado del Gobierno en Galicia, en las que indicaba que la seguridad en las distintas rutas del Camino de Santiago estaba garantizada. Hay que decir que el caso de la peregrina estadounidense  asesinada durante el trayecto es un hecho excepcional, sin embargo, y lamentablemente,  incrementar la presencia policial en el recorrido no elimina en su totalidad el riesgo de agresión originado por el factor humano, pues es imposible conocer y anticiparse a la ejecución de decisiones individuales planificadas o espontáneas que atentan contra la integridad física de otras personas. Afortunadamente, la inseguridad ciudadana no es una cuestión que impida  apuntarse a tomar el camino en dirección a Santiago, ni  una preocupación que ocupe demasiado espacio en la mochila de los peregrinos,  aunque, al igual que sucede en otros ámbitos de la vida,  los entornos de respeto e invulnerabilidad absoluta  pertenecen al territorio de los deseos (véase la violencia de género, los abusos a menores, la trata de personas o la corrupción). Los globos inflados con sueños corren el  riesgo de explotar al contacto con las aristas de la realidad. 

domingo, 20 de septiembre de 2015

Erosión paulatina

Hoy>Opinión>cartas del lector
El Diario Montañés>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector
20Minutos>Opinión>cartas del lector

Conforme a la evolución de los acontecimientos habidos en los últimos años en torno al festejo del Toro de la Vega, no sería de extrañar que, además de  la muerte del toro, pudiera darse el fallecimiento de alguna persona como consecuencia de los enfrentamientos  surgidos entre  quienes participan y tratan de preservar la continuidad del evento y quienes  tratan de alterar el desarrollo del mismo o impedir su celebración.  Las  opiniones al respecto  son divergentes e irreconciliables, pues mientras que para unos es una tradición entrañable y esperada,  para otros representa un acto de barbarie   injustificable e inaceptable. Al margen de las  emociones individuales brotadas al calor de la fiesta,   lo que resulta poco edificante  y difícil de explicar a un niño es el espectáculo   de  crispación, hostilidad y agresión  física desencadenado alrededor de un festejo  que, a tenor de lo expuesto y escuchado en los medios de comunicación, parece estar sufriendo los efectos de una erosión  paulatina que daña y debilita sus pilares centrales: los de la simpatía, la comprensión y el apoyo social.


sábado, 12 de septiembre de 2015

Demoliciones y grandes reformas

Diario Sur>Opinión>cartas del lector
La Verdad>Opinión>cartas del lector
El Correo>Opinión>cartas del lector
Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
20Minutos>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector

Bien sea a través de la televisión o de manera presencial, en ocasiones tenemos conocimiento de alguna edificación que, debido a defectos en la cimentación o a otras anomalías técnicas, sufre deterioros en su estructura y/o paredes que dan lugar a intervenciones de carácter correctivo y, en el peor de los casos, al derrumbe controlado de la misma. En el terreno de la política, es obvio que existe cierta inclinación a levantar construcciones legislativas sobre  firmes parlamentarios cuya estabilidad  se ve comprometida a corto plazo (tal como sucede en materia educativa), leyes que presentan pronunciadas fisuras políticas y escasa capacidad aglutinadora, disposiciones   modificadas en profundidad o derogadas en su totalidad antes de lo previsto, es decir, tras cambiar el reparto de votos en las urnas. Y, ante los pronósticos de las encuestas y lo prometido por buena parte de las formaciones políticas más representativas de cara a las próximas elecciones generales, en la legislatura que viene podrían llevarse a cabo  reformas y demoliciones de calado. Con frecuencia se alude y escucha pronunciar el término sentido de Estado,  pero hablar es gratis y, hasta el momento, parece que los fraudes y las decepciones electorales no han restado lo suficiente como para tomar nota.


miércoles, 9 de septiembre de 2015

Bótox informativo

La Voz de Galicia>Opinión>cartas del lector
Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
El Diario Montañés>Opinión>cartas del lector
Diario Sur>Opinión>cartas del lector
El Correo>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector
La Nueva España>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector

En febrero del presente año la prensa publicaba que, según datos aportados por el Observatorio Sirio para los  Derechos Humanos, la cifra de personas muertas tras cuatro años de guerra en Siria ascendía a 210.060, estimando que casi la mitad eran civiles y contabilizando entre ellas a  10.664 niños. ¿Es  acertado publicar fotografías como la del niño sirio fallecido en una  playa turca?, escuché decir el otro día en la radio. Si el inmenso sufrimiento generado por el desarrollo de conflictos armados como el referido no es algo virtual (cuestión que hace muy difícil  comprender las muestras de complacencia y entusiasmo ante el inicio de guerras  ajenas), ¿es adecuado y beneficioso para la sensibilidad e higiene social camuflar o aplicar tratamientos de bótox  informativo?,  ¿contribuye ello a detener o reducir los efectos de las explosiones, las balas y la crueldad del odio desbocado?     Lo preocupante, doloroso o desestabilizador para la ciudadanía no son las instantáneas reveladoras del horror, sino el triunfo nebuloso de  intereses espurios que soslayan los padecimientos de los pueblos.
“Se feliz”, rezan muchos anuncios publicitarios, aunque sin mirar lo   sucedido al otro lado de la orilla,  restringiendo cada día más los límites fronterizos de la empatía.