jueves, 28 de mayo de 2015

¿Falta de costumbre?

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"Más ven cuatro ojos que dos", es un dicho sobre la conveniencia de llevar a cabo  el ejercicio de la consulta, una expresión utilizada a la hora de plantear, revisar o llevar a cabo  proyectos,  tareas  y resoluciones susceptibles de  ideas o sugerencias enriquecedoras. En cambio, hablar de pluralidad en el ámbito de la  gobernabilidad institucional parece   generar más inquietud que tranquilidad, pues suele relacionarse diversidad con  inestabilidad; quizás sea debido a la  falta de costumbre. Sin embargo, los resultados de las elecciones autonómicas y municipales señalan que, al menos durante los próximos años, el ejercicio de la política va a requerir de mucha negociación y  entendimiento, de mayores cotas de transparencia y de  más honestidad y  juego limpio. Y es que, por ejemplo, las cifras publicadas por el Instituto Nacional de Estadística acerca de la lamentable evolución de las condiciones de vida de los españoles, es algo que choca de manera estruendosa con los estudios que sitúan el coste social de la corrupción en unos 40.000 millones de euros anuales, una cifra que podría desinflarse de manera significativa con más actores políticos y con una mayor atención, implicación y exigencia por parte de la ciudadanía.

Distancia democrática

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Días antes de celebrarse las elecciones en Reino Unido, escuche en la radio a una corresponsal de una emisora española explicando una práctica electoral  realizada por ciudadanos ingleses que, a decir verdad, no solo ignoraba, sino que nunca se me había pasado por la cabeza. Basados en la confianza, hay personas que establecen contacto con compatriotas de distritos electorales diferentes al objeto de canalizar hacia  otra región un voto que se presume ineficaz o perdido en el lugar donde residen; es decir, dos electores acuerdan introducir en las urnas de su colegio las papeletas de la formación política elegida por el contrario, estimando que de esa forma sus votos  tendrán más opciones de contribuir al triunfo de la opción  apoyada. Aquí, en cambio, las tácticas usadas al respecto difieren sensiblemente de las empleadas por aquellos, pues según revelan algunas de las noticias salidas en los medios de comunicación durante la presente campaña electoral en nuestro país, hay quien siente mayor inclinación por engañar,  comprar o birlar el voto de los conciudadanos. Y más vale no entrar a cotejar cuestiones relativas a la asunción de responsabilidades políticas, porque  el tema es  para deprimirse. 

jueves, 21 de mayo de 2015

Musculatura física y mental

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Después de ver la singular tienda abierta recientemente en el barrio, creo entender un poco mejor el porqué de la vigorosa proliferación de un prototipo de  belleza masculina que, de un tiempo para acá, parece haber tenido una buena acogida entre  los jóvenes, y que es destacable por el desarrollo de la masa muscular en unas proporciones fuera de lo normal. Estanterías repletas de botes con distintos diseños, colores y tamaños  colocados de manera ordenada, envases cuyos productos, una vez combinados con intensas sesiones de gimnasio facilitan el incremento de las dimensiones musculares y estimulan los deseos de situarse frente al espejo; cuestión esta última que, según indica el mito, condujo a Narciso a la muerte.
Con la  mezcla de los términos deporte, salud, belleza y alimentación es posible crear un sin número de  cócteles publicitarios, sin embargo, por muy cuidada, vistosa y atractiva que sea su presentación, no está de más procurar obtener información acerca de los posibles efectos y resultados. Está bien mantener actividad física, practicar deporte y  cuidar la estética,  aunque sin olvidarse de la nutrición de las neuronas.   Y, por lo  visto, cada día hay más centros de musculación y menos librerías.

martes, 12 de mayo de 2015

Sacar las agujas de tejer

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Corren tiempos en los  que aludir a la vocación y echar mano del  currículum y la experiencia de gobierno no parece suficiente para garantizar el apoyo y el resultado anhelado en las urnas, pues  hay estelas de la gobernanza que actúan como cuchillas,  cortando los hilos de la simpatía y la confianza  que mantienen o facilitan la unión entre los ciudadanos y las siglas políticas. Cuando una red de pesca presenta desperfectos que restan eficacia a su cometido, lo procedente es  subsanarla o sustituirla; depende de la dimensión  de los mismos.  Y en democracia, cuando la red política no cubre las necesidades y expectativas,  esta es sometida al proceso de reparación y cambio que los ciudadanos deciden a través de las elecciones. Y si todos los pescadores tienen un interés común: el beneficio de la cofradía, ¿por qué inquietarse o dudar de la capacidad de la ciudadanía a la hora de acudir a las urnas? Lo que parecen vaticinar las encuestas, es que va a ser necesario sacar de los cajones las agujas de tejer y ponerse a practicar la confección del diálogo y los acuerdos, pues el  paño político de esta primavera tendrá más  colorido.


domingo, 10 de mayo de 2015

Opciones personales

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Hay argumentos de sobra justificados para criticar y oponerse a la corrupción, al  derroche de los bienes públicos, al clientelismo parasitario y estéril, a la explotación de las personas en cualquiera de sus vertientes o modalidades,  a la pobreza social en un entorno de abundancia, a la marginación y hostilidad racial o a la pederastia. En cambio, no acabo de encontrar razones ni refugio moral para juzgar y descalificar a los demás por su orientación sexual,  por decidir si vivir con la pareja dentro del  matrimonio o fuera de este, por sus gustos sexuales (obviamente, siempre que los mismos no supongan una violación de la voluntad y los derechos ajenos), por practicar la masturbación o por  utilizar métodos anticonceptivos al objeto de evitar enfermedades y embarazos no deseados. En  cuestiones relacionadas con las  libertades y opciones individuales (sin confundir con libertinaje), tal como corresponde a la esfera de la sexualidad,  ¿es apropiado introducir las narices? Y,  ¿qué beneficio social aporta la estimulación de las glándulas segregadoras de la intransigencia, el rechazo e incluso la hostilidad hacia las preferencias y vivencias ajenas circunscritas al terreno de la intimidad personal?  Las manchas de los prejuicios en el parabrisas pueden distorsionar y ofrecer una imagen sucia del paisaje.  

martes, 5 de mayo de 2015

Hay que tener cuidado

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Después de ver las imágenes de la madre estadounidense que saca a su hijo de dieciséis años de una manifestación de protesta a base de bofetadas, debo confesar que no me encuentro entre quienes alaban y aplauden semejantes muestras de cariño y protección, pues más que una respuesta instintiva y aislada de  auxilio, tiene la apariencia de obedecer a una dinámica “educativa”, de ser el método habitual de enseñanza y comunicación en el seno familiar. En un momento de nervios y preocupación es comprensible que se agarre al chico con contundencia y se tire de él intentando alejarle del foco de tensión y riesgo, pero ¿vociferar y darle golpes en la cara como un energúmeno? Crecer bajo la orientación de la batuta de las guantadas y el miedo no parece ser lo más  apropiado para cultivar la afectividad, el razonamiento, el diálogo, la reflexión y la capacidad de negociación ante las diferencias. Hay tener mucho cuidado con hacer elogios a la agresividad, ya que podría causar y extender la  confusión entre quienes, por ejemplo, justifican la violencia de género diciendo que la mate porque la quería. Y, por cierto, el motivo de la protesta  era denunciar la desproporción de algunas actuaciones policiales.

sábado, 2 de mayo de 2015

Echar las cortinas

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Si a Dinio le confundía la noche, parece que a muchos ciudadanos  les están confundiendo ciertas medidas y propuestas políticas  focalizadas en la gente sin hogar e inmersas en una  situación de indigencia. Porque lo tremendo no es que haya personas  ocupando bancos, soportales o cajeros automáticos para dormir, sino que carezcan de una cama y un  lugar fiable donde pasar la noche, así como  de actividades que les procuren recursos económicos  para no tener que pedir en la calle ni acudir a organizaciones no gubernamentales en busca de ropa y alimentos. Si el sistema se vergüenza de las imágenes ofrecidas por la exclusión social y la pobreza,   las preocupaciones  y los esfuerzos deberían centrarse principalmente en tratar de eliminar las causas que favorecen el florecimiento del problema y en  minimizar su impacto, pues  echar las cortinas con el propósito de ocultar la realidad no es algo que contribuya a cambiarla.   Oímos decir con relativa frecuencia que uno se implica y dedica  a la  política   con el ánimo y objetivo de contribuir al progreso y bienestar general,  cuestión ésta que,  ante determinados planteamientos, tiende a resquebrajarse como una pieza de barro cuando está sometida a  un tratamiento de cocción inadecuado.