viernes, 25 de febrero de 2022

Muestras de fragilidad ética

Hace unos días, vi una entrevista televisiva realizada a un joven cantante de rap criado y residente en Hospitalet de Llobregat, en la que manifestaba con sencillez y sinceridad que concedía más valor a las relaciones familiares y de amistad que al dinero, del cual siempre estuvo bastante escaso hasta ser reconocido como artista urbano. Comentaba el cantante que no se desplazaba a actuar sin la compañía de sus amigos, ya que la estima hacia estos está por encima del aprecio a la riqueza y el famoseo. Viendo lo que sucede en el seno de las formaciones políticas, donde aspectos como el compromiso y la lealtad llegan a tener la consistencia de la nata montada, podría decirse que los valores o principios en política pueden desparramarse por el suelo con la misma rapidez que las cuentas de un collar roto. Y  semejantes muestras de fragilidad ética, no parecen contribuir a reforzar la confianza de la ciudadanía en la clase política.

sábado, 5 de febrero de 2022

Una transición razonable y equitativa

La petición realizada por una persona de 78 años en la plataforma change.org para que las entidades bancarias presten una mayor atención a las personas mayores, facilitando la prestación de servicios a un sector de la población que en muchos casos tiene problemas de movilidad y escasas o nulas competencias en tecnologías de la información y comunicación, ha superado el medio millón de firmas en poco más de un mes. ¿No es una contradicción que una sociedad cada día más concienciada y comprometida con la supresión de barreras arquitectónicas, establezca cada vez más obstáculos digitales que dificultan la vida de una buena parte de la población? La digitalización de la sociedad es un hecho imparable e irreversible, pero no será digna ni satisfactoria sin una transición razonable y equitativa. La responsabilidad y el progreso social no consiste en echar a correr gritando tonto el último.