miércoles, 28 de noviembre de 2012

Como marionetas

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En un espacio televisivo distintos colaboradores e invitados opinan  y discrepan en torno al grave problema del los desahucios cuando, en un momento dado, el presentador interviene y para el debate dando paso a una publicidad interna que invita a los telespectadores a llamar a un número de teléfono para participar en un sorteo de seis mil euros que será realizado antes de finalizar el programa. Acto seguido, el público presente en el plató rompe en aplausos y, pasados unos segundos, se retoma el hilo para hablar de la incidencia o penetración que la pobreza infantil tiene en la actualidad en España.
Dejando a un lado la disonancia  entre lo tratado y lo publicitado (asunto para la reflexión), llama la atención observar la diarrea de aplausos existente en los últimos tiempos en las televisiones, se aplaude  sin causa, razón y criterio, es decir, como marionetas. ¿Reflejo social extrapolable a otros terrenos o ámbitos?

 

Erróneo y estéril

El Comercio>Opinión>cartas del lector


Discutir y establecer diferencias entre peatones, ciclistas, motoristas y conductores de coches, camiones o autocares, parece un debate erróneo y estéril, pues no se trata  de, digamos, el rol circulatorio desempeñado, sino de la actitud adoptada por las personas al conducirse por la vida. La prepotencia, la desconsideración o el egoísmo son aspectos portados en las mochilas individuales, con independencia del medio usado para desplazarse.
Por ello, a la hora de dialogar y adentrarse en la búsqueda de soluciones dirigidas a mejorar la fluidez del tráfico, la reducción de emisiones contaminantes y la mejora de la calidad de vida de la población,  sería recomendable dejar a un lado los posicionamientos de enroque y las descalificaciones y contemplar los posibles escenarios teniendo en cuenta que, en función de las circunstancias, un  ciudadano anda, pedalea y guía un vehículo a motor en el mismo día.
Uno puede salir de casa, cruzar la calzada con imprudencia de camino al garaje, subirse en la bicicleta y  pasar  semáforos en rojo hasta llegar al trabajo,  conducir el vehículo de empresa sin prestar demasiada atención a quienes esperan en los pasos de peatones y, después,  defender o criticar  cada situación con énfasis y apasionamiento. Cuando los principios adolecen de cierta consistencia, la conducta puede tomar la forma de cualquier recipiente.

 

viernes, 23 de noviembre de 2012

Dirigir y concentrar el foco

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Dada la hipersensibilidad social del momento respecto a los asuntos económicos, y puesta la lupa en los gastos derivados de la actividad política (cuestión que debería ser transparente), los despropósitos, argucias y fraudes cometidos a nivel individual se convierten en bombas de racimo que son arrojadas sobre todo el colectivo de representantes públicos, es decir, sobre la denominada clase política. ¿Es justo y acertado? En mi opinión, tanto como demonizar de manera indiscriminada al conjunto de funcionarios, inmigrantes, desempleados o empresarios por la deshonestidad y/o malas prácticas llevadas a cabo por un determinado  porcentaje de los mismos.
Ante el creciente sufrimiento y malestar existente entre la población no es de extrañar que aumenten las reacciones alejadas de la proporcionalidad y el razonamiento, y, a tenor de lo acontecido últimamente en el terreno de la política, es probable que el recelo y desafecto sigan subiendo peldaños.
Si un cierto número de ciudadanos u organizaciones hacen un uso torticero y abusivo de los recursos e instituciones públicas, lo  lógico y comprensible es dirigir y concentrar el foco de la responsabilidad hacia los elementos causantes de las distorsiones y perjuicios, y no así ampliar el ángulo hasta los 360 grados. Poner tasas elevadas para acceder a la justicia sin tener presente el historial y las circunstancias de los ciudadanos, ¿es adecuado y equitativo?
Sensata y sensible reflexión la pronunciada  hace unos días  la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff:  <derechos no


jueves, 22 de noviembre de 2012

Escasa sensibilidad y aprecio

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Si además de comer carne y pescado (cuestión que da lugar al sacrificio de animales), uno practica de manera ocasional la pesca de recreo, no me parece que se goce de  una posición de fortaleza moral suficiente como para recriminar a quienes practican la caza deportiva de manera razonable y respetuosa, es decir, teniendo presente las normas encaminadas al cuidado y la preservación de las especies, y tratando de evitar un sufrimiento gratuito e innecesario a los animales.
En cambio, ver en la prensa la imagen de un cargo público de las Islas Baleares con los testículos de un ciervo posados en la cabeza, una sonrisa exultante,  sangre arrollando por la cara  y los brazos en alto haciendo el signo de la victoria con ambas manos, me ha resultado grotesco, desagradable y siniestro, una actitud de difícil justificación y nada edificante. En realidad, refleja escasa sensibilidad y aprecio hacia las presas.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Un lastre para la depuración

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Un programa televisivo de la BBC emite un reportaje sobre abusos de menores en el que, aun sin dibujar un rostro político concreto, acota fechas y apunta hacia un espacio ideológico determinado, pistas balanceándose en la ambigüedad, indicios que las redes sociales interpretan de manera errónea o malintencionada y que acaban provocando la dimisión del director general de la cadena, al señalar e identificar como implicado en los mismos a un antiguo político que no había participado ni tenía responsabilidad en alguna en tan despreciables comportamientos. O sea, la carencia de precisión informativa crea un seísmo en la cumbre de la pirámide.
Entre tanto, en otros lugares contemplamos con tristeza y no sin cierto hastío cómo la desfachatez, deslealtad e inmundicia encuentran acomodo, se consolidan e incluso obtienen premio tanto en el ámbito público como en el privado. Bien sea debido a una cuestión de contaminación cultural, de idiosincrasia o de inmadurez democrática, hay actitudes y comportamientos que no solo dan pena, sino que actúan como un lastre para la depuración y el avance de la decencia política, económica y social.

Aumento de la sonrisa amortiguador

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Aboga Quim Monzó en su artículo del pasado 4 de noviembre, por una sonrisa natural, espontánea y sincera, es decir, la que no es fruto de forzados gestos y fingidas simpatías y emociones.
Al calor de la situación económica, política y social que tenemos encima en los últimos tiempos, se aprecia un aumento de la sonrisa amortiguador, esa que surge  como un airbag ante el impacto del desconcierto originado al conocer que el precio de la matrícula del máster ha subido más del doble,  al escuchar decir a un  gobernante que el agua no moja y el frío no  hace tiritar, o al enterarse de que se suprimen las urgencias nocturnas en el Centro médico de toda la vida. Sus efectos son de corta duración, mitigan el golpe y permiten mantenerse en pie, aunque, obvia y lamentablemente, no impiden la  transformación posterior del rostro hacia una expresión de natural cabreo, ni evitan la materialización de los perjuicios y desequilibrios sociales, ni la  continuidad y extensión de la desvergüenza.

viernes, 16 de noviembre de 2012

Disparidad y falta de rigor

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Hace unos años, me ofrecí a pasar las anotaciones de censos de aves que un amigo tenía recogidos  en pequeñas libretas a una base de datos informática, y recuerdo que me sorprendió bastante ver cifras de hasta tres dígitos correspondientes a avistamientos de una especie concreta, pues, ¿cómo contar 482 ejemplares similares y en continuo movimiento utilizando unos simples prismáticos? No puede decirse que el método fuera preciso o exacto, pero, según parece, la diferencia entre las observaciones llevadas a cabo por tres personas, era de un solo dígito.
Por ello, al escuchar en los informativos que las apreciaciones realizadas por  la autoridad pública y los convocantes de la manifestación en torno al número de personas reunidas en Madrid el 14 de noviembre,  variaban de manera notable e increíble, uno se queda con cara idiota. La diferencia entre 35.000  y  1.000.000 es similar a la existente entre 1 y 28, o sea, de dos dígitos. Con los medios y la tecnología que hay en la actualidad, resulta increíble tal disparidad y falta de rigor.

jueves, 15 de noviembre de 2012

Mucho juego y bastante miedo

20 Minutos>Opinión>cartas del lector
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A partir del próximo mes de diciembre, y en aplicación de la Directiva de Género europea,  el sexo de los asegurados no será considerado un factor de riesgo en  los contratos, cuestión que, según parece, tendrá consecuencia directa para millones de mujeres. Sin ir muy lejos, es previsible un incremento sustancial del importe de la póliza de los seguros de automóviles, pues la menor accidentalidad  respecto a los hombres dejará de tener una repercusión positiva en sus  recibos. Las noticias hablan de equiparar el coste de los mismos, aunque no bajando unos y subiendo otros hasta obtener un punto medio de encuentro, sino ascendiendo el del sexo femenino al nivel del masculino. ¿Pasará lo mismo en otros asuntillos como el de las diferencias salariales? 
Hace menos de un mes, Bruselas  abortó la propuesta de la comisaria europea de Justicia y Derechos Fundamentales, Viviane Reding, consistente en establecer una cuota del 40% de mujeres en los puestos no ejecutivos de los consejos de administración de las grandes empresas de aquí a 2020. En la actualidad, el 85% de las sillas de ejecutivos de la UE están ocupadas por hombres. 
Sin duda, discriminación e igualdad son términos que dan mucho juego y bastante miedo.

 

lunes, 12 de noviembre de 2012

Las cifras cantan

El Comercio>Opinión>cartas del lector


Unos días después de que la  ministra de trabajo dijera que veía señales esperanzadoras  en la economía,  el Premio Nobel de esta disciplina,  Joseph Stiglitz, indica que no percibe la luz del final del túnel y pronostica que con las actuales políticas de austeridad impuestas en Europa, responsables en su opinión de estar peor ahora que hace cinco años, la oscuridad seguirá presente en el camino.
Atendiendo a parámetros o indicadores que miden y señalan la situación del país en cuestiones tales como el nivel de desempleo, la extensión de la pobreza,  la evolución del poder adquisitivo, el interés el índice de desigualdad en los ingresos, la penetración de la corrupción, la satisfacción de la población con los representantes políticos, la confianza en la justicia o  el fracaso escolar,  resulta complicado encontrar motivos que den lugar a la alegría  y esperanza. Es decir,  las circunstancias económicas, políticas y sociales del momento presentan bastantes más sombras que claros. Por desgracia, los sentimientos y las cifras cantan.

domingo, 11 de noviembre de 2012

Buitres

El País Semanal>cartas del lector


Cuando se vive inmerso en una burbuja  de  codicia, indiferencia y egolatría,  las consecuencias directas e indirectas que puedan derivarse de  las fechorías cometidas sin capucha y a la luz del día están lejos de tener efectos similares a los de la cafeína, pues, tal como indica Maruja Torres en su artículo del 28 de octubre, no quitan el sueño ni evitan dormir a pierna suelta a sus  protagonistas. Hay vampiros  que no reparan en la dimensión y profundidad de la herida social causada,  muerden con voracidad y  chupan con afán de hemorragia.
Como dice Manuel Vicent en la columna de ese  mismo día,   los buitres situados con placidez en el palo alto del gallinero no se perturban ni desasosiegan por el sufrimiento y las vidas sepultadas bajo sus corrosivas defecaciones.

sábado, 10 de noviembre de 2012

Objetivos individuales y cortoplacistas

El Mercurio digital>Opinión>cartas del lector


No me parece demasiado atrevido afirmar que el florecimiento humano requiere el florecimiento de las disciplinas de humanidades, es una frase contenida en el discurso pronunciado por la Sra. Martha C. Nussbaum, Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias Sociales 2012,  una idea y aspiración que, a tenor de lo  observado y acontecido en la actualidad, no forma parte del catálogo de prioridades de la globalización económica y mercantil, la que predomina y establece  objetivos individuales y cortoplacistas alejados de la sensibilidad social.
Los estudios considerados como inútiles para la aplicación y producción destinada a obtener rápidos y sustanciosos beneficios en metálico, parecen haber entrado en la senda de la devaluación, estar destinados a la marginalidad, pues docentes y alumnos de las ramas de  Arte y humanidades y Ciencias sociales tienden a ser mirados por encima del hombro e introducidos en el catálogo de segunda clase, de escaso provecho para el fin esperado: dinero, dinero, dinero.
Como también dice la premiada, perseguir el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) sin respetar y tener en cuenta la dignidad humana, la justicia social y la conservación del entorno, no es una meta cabal y acertada.

 

viernes, 9 de noviembre de 2012

Quién sabe

20 Minutos>Opinión>cartas del lector
El Mercurio digital>Opinión>cartas del lector
El Correo>Opinión>cartas del lector


Según se desprende de una encuesta realizada por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, el 63 % de las personas con edades comprendidas entre los 18 y 35 años consideran que las profesiones de relacionadas con la agricultura, la ganadería y la pesca  son anticuadas, caducas y se encuentran en decadencia. Que el trabajo en el campo y en el mar es  duro,  sacrificado, modesto en ganancias y pobre en éxito  social respecto a otras muchas actividades, no es algo novedoso, de hecho, muchos de nuestros padres abandonaron sus pueblos y aldeas en busca de alternativas alejadas del arado, las cuadras y las redes. Sin embargo, una cosa es el  estatus alcanzado a través de tan dignas y necesarias labores, en clara desventaja respecto a, por ejemplo, ocupar una silla  de colaborador en un programa telebasura o especular con el precio de los alimentos; y otra,  declararlas prácticamente en periodo de extinción, pues, hasta ahora, aún no ha sido creada una aplicación informática capaz de llenar el llenar el estómago y saciar el hambre.
Con las perspectivas demográficas de cara al futuro próximo y los previsibles estragos causados con motivo del cambio climático,   quién sabe si llegará a tener más valor una barra de pan que un móvil.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Mantenerse ajeno

El País>Opinión>cartas del lector


Además de la tristeza y del nudo formado en la garganta al leer la historia y los comentarios realizados por Pilar Rodríguez (próxima a los 80 años de edad) a El País con motivo de la pérdida de la vivienda del matrimonio, puesta como aval de un crédito solicitado por su hijo para poner en marcha un negocio, llama la atención la frase “no te metas en política”, pronunciada por su marido cuando ésta comenzaba a soltarse ante la periodista; comprensible acto reflejo de cautela por parte de quien vivió tiempos de lóbrego silencio, de alas sin vuelo.
Sin embargo,  declara sentirse dispuesto a manifestarse próximamente para demandar soluciones al dramático problema social derivado del impago de hipotecas.
La distancia, el desinterés y la falta de participación  en el discurrir cotidiano de la política,  ¿es el proceder idóneo para modelar un marco social honesto, eficiente y  sensible a los problemas y necesidades de sus miembros?
Desentenderse de la educación de los hijos entraña riesgos,  dar la espalda o mantenerse ajeno a los quehaceres dirigidos a mejorar la sociedad tiene consecuencias.

 

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Como padres imprudentes

El Mercurio digital>Opinión>cartas del lector


Con más frecuencia de la deseable salen a la luz noticias acerca de personas que tras, ser víctimas de promesas que dibujan escenarios de luz y prosperidad, son retenidas contra su voluntad y obligadas a trabajar en condiciones inhumanas o a prostituirse para pagar una deuda arbitraria y perversa. Pues bien, observando lo acontecido en la actualidad en distintos países europeos (en otros territorios desde tiempo), podría decirse que la población trabaja y paga impuestos cada vez en mayor medida para satisfacer unos intereses especulativos que succionan con avidez la prosperidad de los presentes y reducen las opciones de quienes vienen.
Recientemente, un magistrado de la Audiencia Nacional levantó ampollas al referirse a la decadencia de la clase política en una sentencia, y, en realidad, aunque no considero demasiado acertado establecer una dicotomía entre representantes y representados en cuanto a debilidades y perversiones se refiere, resulta obvio que la política está deslizándose por el tobogán de la inoperancia y el descrédito, actuando como padres imprudentes que se alejan y desatienden a sus hijos para divertirse y complacer a quienes organizan fiestas de lujo sordas y ajenas a las necesidades y los llantos del pueblo

viernes, 2 de noviembre de 2012

Tratamiento político

Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
El Comercio>Opinión>cartas del lector

En una época en la que el desarrollo de nuevas tecnologías hace posible la conectividad y comunicación entre personas y aparatos a través de técnicas o métodos que, hasta hace cuatro días, pertenecían a la esfera de la ciencia ficción, parece que la conexión entre la población y la clase política presenta dificultades de cierta envergadura. Y no se trata de fallos localizados en las redes inalámbricas o sistemas informáticos, incidencias cuya resolución esté en manos de cualificados técnicos en telecomunicaciones e informática, sino del deterioro existente en el vínculo de la confianza, de difícil restablecimiento cuando la corrosión padecida por el sistema continúa desgastando sin contención el bienestar bruto nacional, mientras se fortalecen e incrementan algunos patrimonios particulares.
Para combatir el desafecto y recuperar credibilidad, hay que aplicar un tratamiento político que tienda a invertir la situación social.