domingo, 11 de noviembre de 2012

Buitres

El País Semanal>cartas del lector


Cuando se vive inmerso en una burbuja  de  codicia, indiferencia y egolatría,  las consecuencias directas e indirectas que puedan derivarse de  las fechorías cometidas sin capucha y a la luz del día están lejos de tener efectos similares a los de la cafeína, pues, tal como indica Maruja Torres en su artículo del 28 de octubre, no quitan el sueño ni evitan dormir a pierna suelta a sus  protagonistas. Hay vampiros  que no reparan en la dimensión y profundidad de la herida social causada,  muerden con voracidad y  chupan con afán de hemorragia.
Como dice Manuel Vicent en la columna de ese  mismo día,   los buitres situados con placidez en el palo alto del gallinero no se perturban ni desasosiegan por el sufrimiento y las vidas sepultadas bajo sus corrosivas defecaciones.