Los estudios considerados
como inútiles para la aplicación y producción destinada a obtener rápidos y
sustanciosos beneficios en metálico, parecen haber entrado en la senda de la
devaluación, estar destinados a la marginalidad, pues docentes y alumnos de las
ramas de Arte y humanidades y Ciencias sociales tienden a
ser mirados por encima del hombro e introducidos en el catálogo de segunda
clase, de escaso provecho para el fin esperado: dinero, dinero, dinero.
Como también dice la
premiada, perseguir el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) sin
respetar y tener en cuenta la dignidad humana, la justicia social y la
conservación del entorno, no es una meta cabal y acertada.