Además
de la tristeza y del nudo formado en la garganta al leer la historia y los
comentarios realizados por Pilar Rodríguez (próxima a los 80 años de edad) a El
País con motivo de la pérdida de la vivienda del matrimonio, puesta como
aval de un crédito solicitado por su hijo para poner en marcha un negocio,
llama la atención la frase “no te metas en política”, pronunciada por su marido
cuando ésta comenzaba a soltarse ante la periodista; comprensible acto reflejo
de cautela por parte de quien vivió tiempos de lóbrego silencio, de alas sin
vuelo.
Sin
embargo, declara sentirse dispuesto a manifestarse próximamente para
demandar soluciones al dramático problema social derivado del impago de hipotecas.
La
distancia, el desinterés y la falta de participación en el discurrir
cotidiano de la política, ¿es el proceder idóneo para modelar un marco
social honesto, eficiente y sensible a los problemas y necesidades de sus
miembros?
Desentenderse
de la educación de los hijos entraña riesgos, dar la espalda o mantenerse
ajeno a los quehaceres dirigidos a mejorar la sociedad tiene consecuencias.