sábado, 25 de junio de 2016

Me apunto

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¿Qué está ocurriendo en la Unión Europa para que, según parece, el 75% de la población no comparta o se sienta a gusto con los efectos de las políticas dominantes en el continente? ¿Existe vinculación entre esa bajada de la temperatura afectiva de la ciudadanía hacia las instituciones y partidos políticos tradicionales y el incremento de borrascas sociales que tienen su origen  en los territorios de la desregulación y la codicia? ¿Tiene ese alarmante nivel de desafecto relación directa con la disminución continuada de las clases medias y el aumento  de la concentración de riqueza? Con el resultado del denominado Brexit,  esta mañana escuche en la radio algunas voces que ponían en duda la conveniencia de consultar a los ciudadanos en según qué materias, aludiendo a la carencia de información y conocimientos suficientes como para pronunciarse en temas económicos, políticos y sociales de calado. Sin duda, este argumento tendría un aluvión de réplicas en un país como Suiza. Entonces, para evitar que la ciudadanía quede al margen y  pueda decidir con mayor formación y criterio en lo importante,  ¿no sería conveniente comenzar a educar, orientar e implicar a los ciudadanos en los asuntos serios? Por ejemplo, ¿menos reality show y más contenido de interés social en las televisiones? Me apunto.

viernes, 24 de junio de 2016

Ingredientes estimulante y esperanzadores

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Hace unos días escuchaba una tertulia en la radio donde profesionales relacionados con la docencia comentaban que, debido a las delicadas circunstancias de un buen número de familias, cada día hay más adolescentes que contemplan la opción de no continuar con los estudios para intentar obtener algo de dinero con el que poder contribuir a la economía de subsistencia de sus hogares. Es decir,  abortos del desarrollo formativo  por falta de oportunidades, limitación de las capacidades y proyecciones individuales  y, en consecuencia, también del progreso colectivo. Personalmente, conozco a una responsable estudiante de medicina que, con motivo de la frágil situación monetaria existente en su casa, lleva tres años sometida a la angustiosa presión que genera la posibilidad de quedar sin beca de desplazamiento y manutención en el caso de resbalar en un curso y tener una nota media inferior al 6,5.  Abandono involuntario, precariedad estresante y empuje migratorio, tres ingredientes  “estimulantes y esperanzadores” que parecen estar presentes  en la vida de cada vez más jóvenes.

sábado, 18 de junio de 2016

Viejas barreras

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La introducción y posterior adaptación y extensión de especies vegetales y animales en un territorio donde no tenían presencia  o la misma era escasa y se encontraba bajo control puede tener un impacto muy perjudicial sobre el hábitat al alterar de manera significativa la población biológica, llegando incluso a favorecer la extinción de especies autóctonas.  Efectos con cierta similitud también pueden tener lugar en el espacio periodístico, cuando especies invasivas como la tergiversación, la mentira,  la imparcialidad sonrojante, la dependencia paralizante o la ambición económica desmedida penetran en un medio de comunicación y acaban desplazando y ocupando el lugar natural de la veracidad, la  honestidad,  la responsabilidad social y la racionalidad. Y, debido a su capacidad evolutiva, lo mismo pueden llegar a establecerse en soporte papel que digital, pues no es el medio físico de comunicación lo que verdaderamente frena e impide su asentamiento y proliferación, sino  el empleo de viejas barreras  como la ética, la autonomía y la honestidad.


viernes, 10 de junio de 2016

Una mirada amplia

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Desde hace ya unos cuantos años, las zonas de juego destinadas a los niños han pasado de tener columpios, toboganes y demás elementos de recreo fabricados íntegramente en acero y con superficies que presentan partes susceptibles de causar heridas abiertas y traumatismos, a dotarse con equipamientos construidos y diseñados con materiales y acabados que entrañan riesgos de menor entidad en el caso de producirse golpes, caídas o atrapamientos. Sin embargo, y tal como he observado en la reciente remodelación de un parque público que rodea la pista destinada al esparcimiento infantil y al que también acude gente mayor, los criterios de seguridad parecen responder a otros tiempos. ¿Delimitar los múltiples espacios con césped empleando trozos rectangulares de granito cuyas  caras y aristas permanecen en bruto sin  siquiera un tratamiento de pulido y redondeado? Evaluar y prever los riesgos desde la fase de diseño contribuiría a evitar y reducir la gravedad de las lesiones, algo que las administraciones deberían tener presente  y poner en práctica al proyectar y ejecutar obras públicas. Es decir, sería  recomendable mantener una mirada amplia, que se sitúe más allá del ahorro económico inmediato y cortoplacista, pues en ocasiones es desacertado y contraproducente.

miércoles, 8 de junio de 2016

Cantidad, calidad y hechos

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Aun sin albergar dudas respecto al valor y la importancia que tienen los debates preelectorales, da la impresión de que las expectativas depositadas en torno a los mismos están sobredimensionadas. Por un lado, en buena medida suelen ser formatos que discurren en ausencia de la incomodidad generada por ciudadanos y periodistas al preguntar y poner sobre la mesa cuestiones con aristas, exentas del confort que ofrecen los revestimientos a base de material viscoelástico; y por otro, tienden a adoptar predecibles posiciones de enroques y ataques partidistas que guardan escasa relación con la solución de las materias que dificultan la vida de un caudal creciente de ciudadanos. Sería estupendo que el crecimiento del Estado de Bienestar fuera directamente proporcional al número de debates televisivos celebrados entre líderes y candidatos políticos durante las campañas electorales, pero  la realidad constata que la desigualdad y precariedad social también está al alza en naciones donde estos actos son una práctica habitual desde hace décadas. No sobran debates, aunque parece que debería concederse  mayor relevancia  a lo cuantitativo que a lo cualitativo y, cómo no, que las palabras y promesas no tomen una dirección divergente o contraria a la de los hechos.

viernes, 3 de junio de 2016

Demasiadas consultas

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Tras escuchar en la radio al experto en educación, la curiosidad me llevó a hacer el sencillo cálculo a través del cual podría dibujar con mayor precisión el rostro de un hábito inexistente hasta hace pocos años. Según datos aportados por el profesor, la media diaria de entradas realizadas en el teléfono móvil por muchos chicos es de unas 450 consultas, es decir que, descontando un mínimo de ocho horas dedicadas a dormir, se estaría echando mano al móvil  con una frecuencia de poco más de dos minutos durante el resto de la jornada. Y si como es de suponer, el aparato está aparcado durante buena parte de la permanencia en los centros de enseñanza, así como en los periodos dedicados al aseo personal, el intervalo de consulta podría quedar reducido a un minuto y medio. Una costumbre que, a simple vista,  no parece dejar demasiado margen para la atención, concentración y reflexión requerida por otras cuestiones  saludables y enriquecedoras. Esperemos que las personas dedicadas a la política tengan mayor moderación al usar las redes sociales porque, en caso contrario,  difícil sería cumplir correctamente con su cometido.
 


Un papel protagonistra

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Tal como acostumbran, el matrimonio se desplazó a pasar el fin de semana a la casa que tienen en el campo y, tras llevar un rato en la misma, descubren que el congelador está vacío; alguien  había entrado discretamente en la vivienda con la intención clara y el objetivo bien definido: llevarse la comida existente evitando daños innecesarios. Al acabar de escuchar el relato del suceso ocurrido a una conocida de mi mujer, me vino a la mente la novela de ficción “Los miserables” y la historia real de Eleuterio Sánchez (El lute), donde la pobreza  desempeña un papel protagonista. Para sacar cierta rentabilidad al coste de las próximas elecciones generales, no estaría de más que la ciudadanía tuviera la oportunidad de escuchar qué pretensiones y planes contemplan las formaciones políticas  para poner freno a un deterioro social que recorta oportunidades, que genera el  efecto de la bola de nieve  al situar en el terreno de la exclusión a un número creciente de personas, que tuerce proyectos de vida y que contribuye a propagar la desconfianza e intranquilidad ciudadana en nuestros pueblos y ciudades.