domingo, 29 de septiembre de 2013

A qué se debe

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Si unos baños son usados por miles de personas a diario y no disponen de un sistema de control, limpieza y mantenimiento adecuado, hacen falta pocas cavilaciones para conocer el resultado: malos olores, suelos sucios y mojados, carencia de papel higiénico y un deterioro progresivo de  las instalaciones. Y ello, con independencia de que los servicios sean públicos o privados. Sin embargo, parece que este aspecto no se tiene  muy en cuenta cuando se dan noticias como, por ejemplo, la relativa a la decisión de privatizar los servicios de la estación de tren de Atocha en Madrid, en los que será necesario pagar por su utilización. Según el  tratamiento o enfoque dado en algunos medios de comunicación, el hedor y  la suciedad en los mismos será una cuestión del pasado una vez estén gestionados por una empresa privada, es decir, se da por sentado que estos emplazamientos están en peor estado  cuando son dirigidos y atendidos por una entidad de pública. Pero, a qué se debe la diferencia en las condiciones que puedan presentar, ¿a la titularidad o a las prestaciones y los cuidados de que son objeto? Otra historia es cómo financiarlos.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Enfermedades sociales

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¡Huy,  qué mala sensación da escuchar determinadas sentencias políticas! Por ejemplo, las efectuadas recientemente por el gobierno y el monarca de Holanda, al indicar que el modelo de bienestar social labrado hasta el momento es insostenible,  que las ubres del Estado presentan síntomas de agotamiento y que, ante semejante situación, deberán adoptar cambios en cuestiones como la seguridad social y los tratamientos de larga duración. ¿Estaremos en el comienzo de una época en la que se ofrezca mayor  cobertura hacia las lavadoras que hacia los ciudadanos? Algunas marcas están dando a sus electrodomésticos una garantía que se extiende durante  diez años, en cambio, los servicios  y las prestaciones que los  Estados prestan a la población padecen un debilitamiento progresivo.  El problema de aplicar tratamientos políticos inadecuados es que pueden generar y/o intensificar la gravedad de las enfermedades sociales, cuyos síntomas afectan y socavan la calidad de vida de millones de personas.

martes, 24 de septiembre de 2013

Más información

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Resultaría más revelador y didáctico que la publicación de datos relativos a las mayores fortunas del planeta,  tal como el mapa mundial de  millonarios mostrado en el Magazine del 1 de septiembre (y añado la letra p al noveno mes del año sin ánimo de sacar la lengua a Quim Monzó), fuera acompañada de información de contraste, es decir, la que favorece percibir el panorama con mayor amplitud y claridad.  Por ejemplo, indicando la cantidad de ciudadanos que acostumbran a codearse con el hambre o la exclusión social. Es probable que el brillo de la riqueza se viera ensombrecido por las cifras de la sinrazón y la miseria,  aunque no menos que la realidad cotidiana de millones de personas. La verdad es que  el rostro del desequilibrio social no tiene unas facciones elegantes y armoniosas.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Con deportividad

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No puedo decir que forme parte del colectivo de asombrados y ofendidos por la elección de Tokio como ciudad  olímpica 2020, pues es algo de esperar cuando se participa en  un proceso con distintos aspirantes. Por otra parte, si se tiene en cuenta que desde la celebración de los primeros Juegos Olímpicos Modernos (en el año 1896), dieciocho ediciones han estado localizadas en territorio europeo, seis en el continente americano,  cuatro en la llamada Euroasia y dos en Australia, tampoco es de extrañar que las dos siguientes celebraciones tengan lugar en lugares como Brasil y Japón. Ahora bien, hay una cuestión que debería ser motivo de sonrojo global: la exclusión olímpica de África.
Si la organización de las Olimpiadas recae en las naciones y zonas geográficas con mayor peso económico y político en la escena mundial, parece ser que Europa deberá ir acostumbrándose a ver los Juegos más allá de sus fronteras. Se dice que hay que saber ganar y perder con deportividad, pero muchas personas no lo demuestran o avalan con sus comportamientos.  Tras conocerse que Madrid no sería sede olímpica, surgieron manantiales de  insultos y acusaciones de juego sucio.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Terreno limpio

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Dice Ángeles Caso   que la compasión no desfila por las pasarelas de las virtudes sociales del momento, que ha sido desdeñada y guardada en el baúl de los proyectos humanos pasados de moda.  Viendo como se encuentra el paisaje global,  la verdad es que no puede afirmarse que estemos en una época de esplendor de la fraternidad, la tolerancia, la afectividad y la sencillez. Una enorme cantidad de la población mundial vive en unas condiciones de pobreza extrema, la guadaña del fanatismo siega  vidas  a diario, miles de niños son reclutados y obligados a cometer atrocidades contra vecinos y familiares, millones de personas son víctimas de la esclavitud (sexual y laboral) y el deterioro medioambiental es cuantioso e irreversible, es decir,  el astro de la inmoralidad está eclipsando la dignidad y felicidad colectiva, así como las opciones de vida en un futuro no muy lejano. Sin embargo, y por fortuna, la  semilla de la avidez y el desprecio no germina, enraíza ni crece en todos los corazones,  hay  terreno limpio y libre de maleza.

Una cuestión que se esquiva

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Hace ya unos cuantos años del comienzo de las campañas públicas de sensibilización medioambiental llevadas a cabo en los centros escolares, cientos de miles o millones niños han recibido información e invitado a participar en actividades y visitas a  centros de tratamiento de residuos al objeto de extender e intensificar la concienciación social, y las familias han ido adoptando conductas de consumo arbitradas por la regla de las tres erres: reducir, reciclar y reutilizar. Buena cantidad de charlas, eslóganes, videos y juegos interactivos dedicados a conocer y asimilar la necesidad de cambiar de hábitos derrochadores e insostenibles en el tiempo, pero la moderación en el gasto y uso de   los libros de texto parece ser una cuestión que se esquiva o rodea año tras año.
Si las facturas y recibos en papel disminuyen a un ritmo considerable, si la ciudadanía  actúa como protagonista principal en el reciclaje de cartón y si las empresas procuran reducir el tamaño y peso de los embalajes, ¿por qué no aprovechar durante más cursos unos libros cuyos  contenidos continúan siendo materia de estudio y evaluación? ¿Cómo va el tema?

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Algunos cambios

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Desde las instituciones públicas se  insiste en la lógica necesidad de mantener  estilos de vida y comportamientos individuales equilibrados y responsables para prevenir accidentes y enfermedades físicas, pero, y ¿qué sucede con el bienestar mental y social? A tenor de los estudios y pronósticos realizados por  expertos en trastornos mentales, uno de cada diez españoles tendrá problemas de ansiedad, causados en buena medida por las adversidades personales fruto de un sistema que condena a millones de personas a la inseguridad, exclusión o precariedad  social. Y ello, sin olvidar que las alteraciones psíquicas pueden somatizarse, dando lugar a diferentes síntomas y molestias físicas, y que la pobreza tiene una incidencia negativa en la calidad y esperanza de vida. Si existe  preocupación e interés en elevar las cuotas de salud de la población, habrá que hacer algunos cambios en los objetivos políticos y sociales como, por ejemplo, conceder mayor valor  al concepto e indicador de Felicidad Interior Bruta (FIB) que al de Producto Interior Bruto.  Es decir, anteponer la solidaridad a la codicia.

Amor o necio egoismo

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¿Por qué el propósito de traer al mundo hijos privados de la oportunidad de disfrutar de la música, del sonajero formado por las olas al chocar contra los acantilados o de unas palabras cariñosas susurradas al oído? Cuesta entender, y  menos aún compartir, que alguien pueda tomar la decisión de tener hijos sordos como, según información publicada en un diario digital, ha sido el caso de una pareja de mujeres estadounidenses,  deseosas de ser madres de un niño y una niña con su misma discapacidad. Disminuir o anular las capacidades humanas en el laboratorio al objeto de satisfacer las expectativas de los progenitores, ¿es un acto de amor o de necio egoísmo? Otra cuestión que entraña cierta confusión es que, mientras la legislación condena acciones que causan lesiones como la sordera o ceguera a los ya nacidos,  pueda amputarse de manera caprichosa la potencialidad y los sentidos  a quienes van a venir al mundo.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Cruzar el puente

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Hasta hace más o menos un año, Fátima estaba casada, vivía junto a su marido y los dos hijos menores de edad fruto del matrimonio, era profesora de inglés y  consideraba que el lenguaje era un magnífico instrumento para debatir, exponer inquietudes, alcanzar acuerdos  e imprimir cambios sociales. En la actualidad, es conocida por el alias de Guevara, la relación con el marido fracasó por diferencias políticas, la casa donde vivían fue destruida, desconoce si sus hijos están vivos o muertos y ha sustituido las palabras por las balas,  es una francotiradora en la ciudad Siria donde residía. ¡Qué duro y qué asequible puede resultar cruzar el puente que va de la razón a la locura!  Y,  en cuestiones como odio y la venganza, escasa relevancia parece tener el color de las manos que se bañan en sangre, de la procedencia del proyectil o de la identidad de quienes arrojan armas químicas, pues  el dolor y la inquina se propaga por igual en todas direcciones, siendo cada muerte un foco de emisión de rabia y desconfianza arrastrada durante generaciones. En materia de respeto y convivencia, ¡qué poquito se aprende del pasado!

Actitudes y hechos

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Es decepcionante escuchar declaraciones políticas del tipo:  ”Seremos inflexibles con la corrupción” o “colaboraremos plenamente con la Justicia”, pues las conductas bañadas en la honradez y la transparencia deberían ser algo ordinario e indisoluble  al ejercicio del cargo político,  al igual que el oxígeno forma parte del aire que respiramos.  Si  desde la dirección de un hospital público, se manifestara el compromiso de no apropiarse de los recursos del centro, de velar por las buenas prácticas profesionales y de cuidar a los enfermos, ¿sería motivo para hacer piruetas, tirar confeti y calentar las palmas de las manos con efusivos  aplausos?
Y, si tras sembrar el campo con mensajes de limpieza,  florece con vigor la deslealtad y desvergüenza, lo que se corrompe es la confianza de la ciudadanía en las instituciones democráticas, cuestión que, para quienes creen y defienden las cualidades del sistema, está por encima de las ambiciones personales y partidistas. Con actitudes y hechos no son necesarios tantos decorados  verbales.