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Ante la complejidad del grave problema que tenemos encima debido a la
pandemia de COVID-19, se hace necesaria una respuesta de las formaciones políticas
que cuente con la fuerza del consenso y la colaboración honesta, sin dobles fondos
que escondan intereses ajenos al bienestar general. El país tiene que hacer
frente a una crisis con consecuencias funestas para la salud pública, el empleo
y la economía, y para ello hay que contar con el compromiso del conjunto de la
sociedad, procurando evitar la insensatez política, la descoordinación
institucional y los comportamientos individuales y grupales que infravaloran o
desprecian una amenaza para la vida y la prosperidad social que no forma parte
de la fantasía.
