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Hace unos días, escuche en la radio unas declaraciones efectuadas por el delegado del Gobierno en Galicia, en las que indicaba que la seguridad en las distintas rutas del Camino de Santiago estaba garantizada. Hay que decir que el caso de la peregrina estadounidense asesinada durante el trayecto es un hecho excepcional, sin embargo, y lamentablemente, incrementar la presencia policial en el recorrido no elimina en su totalidad el riesgo de agresión originado por el factor humano, pues es imposible conocer y anticiparse a la ejecución de decisiones individuales planificadas o espontáneas que atentan contra la integridad física de otras personas. Afortunadamente, la inseguridad ciudadana no es una cuestión que impida apuntarse a tomar el camino en dirección a Santiago, ni una preocupación que ocupe demasiado espacio en la mochila de los peregrinos, aunque, al igual que sucede en otros ámbitos de la vida, los entornos de respeto e invulnerabilidad absoluta pertenecen al territorio de los deseos (véase la violencia de género, los abusos a menores, la trata de personas o la corrupción). Los globos inflados con sueños corren el riesgo de explotar al contacto con las aristas de la realidad.
Hace unos días, escuche en la radio unas declaraciones efectuadas por el delegado del Gobierno en Galicia, en las que indicaba que la seguridad en las distintas rutas del Camino de Santiago estaba garantizada. Hay que decir que el caso de la peregrina estadounidense asesinada durante el trayecto es un hecho excepcional, sin embargo, y lamentablemente, incrementar la presencia policial en el recorrido no elimina en su totalidad el riesgo de agresión originado por el factor humano, pues es imposible conocer y anticiparse a la ejecución de decisiones individuales planificadas o espontáneas que atentan contra la integridad física de otras personas. Afortunadamente, la inseguridad ciudadana no es una cuestión que impida apuntarse a tomar el camino en dirección a Santiago, ni una preocupación que ocupe demasiado espacio en la mochila de los peregrinos, aunque, al igual que sucede en otros ámbitos de la vida, los entornos de respeto e invulnerabilidad absoluta pertenecen al territorio de los deseos (véase la violencia de género, los abusos a menores, la trata de personas o la corrupción). Los globos inflados con sueños corren el riesgo de explotar al contacto con las aristas de la realidad.