Bajo el camuflaje de la
profesionalidad, el patriotismo y la vocación de servicio público se esconde
una corrosión que, como expresa Ángeles Caso en su artículo del 12
de mayo, deteriora la calidad de vida de la población y genera una sensación
de desengaño que socava la confianza en las instituciones del sistema
democrático. Se dice que ahora no hay distancias, pues cualquier lugar está a
unas horas de vuelo, sin embargo, la brecha entre ricos y pobres crece sin
pausa. Albergar esperanzas de ver un mundo iluminado por la nobleza,
fraternidad y justicia, quizás sea una ingenuidad, pero resulta imprescindible
para tomar cierta distancia del territorio donde prevalece la
oscuridad de la sinrazón, para depurar escenarios contaminados por la
indignidad y el atropello. La concentración de granos de arena forma una
duna que transforma el paisaje, y la unión de sueños cambia realidades.