sábado, 31 de diciembre de 2011

Moderación y sentido común

Magazine (La Vanguardia)>cartas del lector

“Ya he salido de casa. Voy en el autobús y me encuentro a la altura de la parada… Ahora estoy caminando por el parque y en dos minutos te pico al timbre”. Fueron tres las llamadas de móvil efectuadas en cuestión de veinte minutos por una compañera de mi hija para comunicarle banalidades, pues lo relevante era encontrarse a la hora y en el lugar establecido, y no el relato previo y en directo del recorrido llevado a cabo hasta ese momento. Quizás sea debido a que llevo algo más de dos décadas realizando guardias periódicas en las que uno tiene que permanecer localizable ya sea a través de emisora, buscapersonas o móvil, pero el caso es que pertenezco a ese bajo porcentaje de la población que, como se indica en el reportaje titulado "Vivir sin móvil" (Magazine,18/XII/2011),  no tiene teléfono móvil. En caso de necesidad, fuera del trabajo utilizo el de mi esposa o el de mi hija. El problema no radica en la existencia de ésta u otras herramientas tecnológicas que, sin duda, contribuyen a facilitarnos la vida, sino en el uso inadecuado de estas. Como en tantos asuntos, lo que hace falta es   moderación y sentido común.