lunes, 19 de diciembre de 2011

¿Es posible?

El Comercio>Opinión>cartas del lector

Podría decirse que la carrera del desarrollo y progreso de las naciones es como el sistema de competición establecido entre los equipos de fútbol. Los que están en Primera División, y aun existiendo notables diferencias entre ellos, tienen acceso y disfrutan de las ventajas que ofrece estar posicionado en la categoría más elevada y, por supuesto, sin desear ni contemplar con agrado la posibilidad de descender de nivel. Los situados en Tercera División tienen como objetivo conquistar niveles superiores, es decir, mejores retribuciones, viajes en avión y dormir en buenos hoteles. Yy, como es de esperar, no aceptan ni reconocen autoridad moral en quienes desde el lujo o confort les puedan solicitar que renuncien al ascenso. Quienes juegan en las divisiones más bajas quizás tengan que comprarse la ropa y ducharse en agua fría, aunque sin desterrar la esperanza de que sus hijos lleguen a subir peldaños. Por ello, ¿de verdad sorprenden tanto los fracasos obtenidos en las cumbres mundiales celebradas al objeto de intentar consensuar acuerdos relativos a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero u otras cuestiones de carácter preventivo o correctivo en materia medioambiental o social? ¿Es posible lograr sensatos y loables propósitos desde circunstancias y puntos de partida tan distantes? Y, por si fuera poco, la OCDE advierte del incesante incremento de la desigualdad en los países más avanzados.