viernes, 15 de abril de 2011

El hábito no hace al monje

El Periódico de Extremadura>Opinión>cartas del lector

Se indica que la utilización del uniforme escolar contribuye a evitar la discriminación en los centros educativos, ya que los menores no podrán compararse y diferenciarse en función de las marcas de los atuendos portados a diario; es decir, a través de la ropa, calzado y complementos que tienen en los armarios y esparcidos por sus habitaciones. Ello puede actuar como un analgésico local, pero ¿y qué ocurre cuando salen del colegio o instituto? Enmascarar momentáneamente la realidad con tres o cuatro prendas de vestir (no hay que olvidar las mochilas, relojes, móviles, etcétera), ¿es una táctica eficaz o de estériles resultados a la hora de prepararse para afrontar la vida sin edulcorantes? En nuestra sociedad existen personas ricas y pobres, ostentosas y sencillas, presuntuosas y humildes, educadas y faltosas- y, en mi opinión, no son los uniformes los que proporcionan mayor o menor seguridad, inteligencia, autoestima o felicidad a los niños, sino el afecto, cariño y educación en valores (sin cartera) recibida y, claro está, la cobertura de sus necesidades básicas. El hábito no hace al monje, ni alivia la precariedad de los más desfavorecidos.