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Aunque me esfuerce, creo que no voy a ser capaz de asimilar eso de que
las seguidoras, admiradoras o fans de un artista lleguen a sentirse
disgustadas, ofendidas y traicionadas por las relaciones o encuentros
amorosos de éste. Ayer, observando un diario digital, pude leer que el cantante
Justin Bieber había decidido cerrar su cuenta en la red social Instagram
después de que él y su actual pareja recibiesen una avalancha de mensajes
en los que, según parece, se les faltaba el respeto. ¿Considerarán esas
fans que la nueva relación va a tener una influencia negativa y
desastrosa en la calidad de la obra y el trabajo del músico?, ¿creerán
que no es la chica apropiada para mantener la estabilidad emocional y creativa
de la joven estrella? o, sencillamente, ¿no es más que una consecuencia del lío
mental que se puede montar la gente al estar nutrida y guiada por el mercado?
