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"Odio a los pájaros, son asquerosos", le dijo
la chica a su novio de manera categórica mientras este dirigía la vista
hacia las cacatúas, periquitos, agapornis y demás aves enjauladas en la
tienda de animales instalada en la feria. ¡Qué traumática experiencia
habrá tenido esta joven! para mostrar semejante animadversión por unos animales
que dedican buena parte del tiempo a acicalarse y mantener limpios y en buen
estado sus plumajes, me dije al escuchar la súbita e intensa explosión de
sentimientos. ¿Se habrá visto obligada a limpiar alguna jaula?, ¿le habrán
defecado las palomas en el coche después de pasar por el túnel de lavado?,
¿habrá tenido que regresar algún día a casa para cambiar el vestido marcado
por una deposición en caída libre desprendida durante el vuelo de una
gaviota?
El ser humano es muy limpio y cuidadoso, sus acciones no ensucian ni alteran la
vida y el desarrollo de los ecosistemas, no genera residuos dañinos para
el medioambiente, y de ahí que la chica se muestre tan escrupulosa y exigente
con la conducta de otras especies.
