domingo, 16 de octubre de 2011

Practicas deshonestas

Magazine (La Vanguardia)>cartas del lector


Al leer el artículo de Andrés Trapiello editado en el Magazine del 2 de octubre de 2011, en el que muestra su malestar y enojo por la desagradable experiencia tenida con una compañía de telecomunicaciones, me he preguntado: ¿existirá alguna familia en este país que no haya sido víctima de prácticas descorteses, abusivas o deshonestas por parte de profesionales o empresas que consideran y tratan al cliente como si fuera una mera cartera y fuente de ingresos? Asimismo, me vino al recuerdo una situación reciente a la que nunca me había enfrentado, y de la que es extremadamente difícil salir sin cierto grado de irritación y desasosiego, es decir, con mal sabor de boca. Pican en la puerta de la vivienda y, tras abrir, una chica comienza a soltar una retahíla aprendida sin previo saludo ni presentación alguna. Pido que se identifique y, como no deseábamos cambiar de empresa de telefonía, le doy las buenas tardes y cierro la puerta. Vuelve a tocar y pide explicaciones con gesto de desafío y soberbia. La sangre no llegó al río, y llegué a comprobar que era el procedimiento de actuación que tenía por escrito. ¿Qué tipo de sociedad se está construyendo?