jueves, 7 de junio de 2012

La respuesta no está en el viento

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Escribía el filósofo y escritor Fernando Savater, en un artículo reciente, que el enfoque de la educación debe ser realizado desde un objetivo de gran angular, tener un campo de visión amplio, una perspectiva desde la que puedan contemplarse horizontes que no se limiten a la rentabilidad económica, pues la vida no se reduce a cosechar dinero y bienes materiales obviando y desplazando el cultivo del civismo y los valores más preciados y rentables para las sociedades a corto, medio y largo plazo: Los valores humanos.
No recuerdo si fue en “Ética para Amador” o “Política para Amador”, libros del mencionado autor donde leí una frase que me llevó a la reflexión y a contemplar y valorar determinadas actitudes y circunstancias desde posiciones diferentes: en política, el fin no justifica los medios.
Pasados veinte años, parece ser que tal principio no ha ganado terreno ni calado lo suficiente en la sociedad, sino y, contrariamente, la sensación es que ha perdido peso. Es más, incluso el fin queda cuestionado, porque echando una mirada al panorama actual cabe preguntarse cuál ha sido el objetivo político en los últimos tiempos: ¿el interés general o el particular?
Es obvio que existe una desorientación y contaminación social preocupante, ya que se ha estado concediendo prioridad al tener sobre el ser, se ha primado la ambición y el enriquecimiento individual por encima de la empatía y bienestar del grupo, se ha incentivado la cultura del todo vale para alcanzar la cima del lujo y el despilfarro, se ha premiado la trampa y la indecencia e infravalorado la honestidad y coherencia. Y ahora, cómo si todo ello hubiera caído del cielo de forma natural e inesperada, nos echamos las manos a la cabeza y esperamos soluciones ante semejante indiferencia, adversidad y desconcierto.
La respuesta no está en el viento, sino en las manos del ser humano. Teniendo en cuenta la intensidad y superficie de las zonas del mundo prósperas en calamidad, sufrimiento, injusticia e indecencia, ¿aún hay dudas de cuáles deben ser las metas del presente y futuro?