lunes, 25 de junio de 2012

Con rostro humano

Magazine (La Vanguardia)>cartas del lector

Indica Ángeles  Caso, en su artículo “El gran nombre de democracia” (Magazine del 10 de junio de 2012), que sus palabras quizás transgredan o salten los márgenes establecidos por el discurso oficial o políticamente correcto,  dando ello alas al florecimiento de los populismos o a la polarización de la sociedad. Sin embargo, las amenazas para la  convivencia y el bienestar social no residen en  los desacuerdos y reproches expresados con cortesía en los medios de comunicación, sino en las  conductas y prácticas carentes de ética, lealtad y compromiso social mantenidas a lo largo de años y que han dado lugar a las adversas e injustas circunstancias del momento.
En mi opinión, para alejar el fantasma del radicalismo y la crispación, los partidos políticos con mayor carga de responsabilidad en este desaguisado deben acometer un plan  de limpieza capaz de  eliminar los virus (el de la codicia, indecencia, nepotismo, etc) asentados en sus estructuras, hacer un reseteo  y volcarse en el desarrollo de un  sistema más honesto y solidario, es decir, trabajar de manera inequívoca y transparente en la creación y consolidación de una sociedad con rostro humano, y no con el de la ambición y el dinero.