domingo, 3 de junio de 2012

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Tras una mañana de exposición a un aluvión de oscuras y desalentadoras noticias sociales  ofrecidas de manera reiterada por los medios de comunicación, fue agradable y esperanzador   escuchar que grupos de jóvenes voluntarios de entre 16 y 18 años, a través del proyecto educativo Conecta joven, llevan a cabo jornadas destinadas a  enseñar informática a nivel básico a  personas adultas en riesgo o sumidas en una situación de exclusión social. Una acción que no reporta dinero, ni acciones, ni viajes de fin de semana en hoteles de lujo con todo incluido, ni fama o protagonismo televisivo, sino beneficios intangibles, sin valor bursátil o de mercado: se refuerza el compromiso y la conciencia social, se realiza una labor enriquecedora y gratificante, se establece el acercamiento y la comunicación intergeneracional,  se  adquieren conocimientos que facilitan la utilización y familiarización con las tecnologías de la información y comunicación o se fortalece la autoestima.
Afortunadamente, no todo es codicia, interés particular y tontería.