domingo, 15 de abril de 2012

A perro flaco todo son pulgas

La Nueva España>Opinión>cartas del lector

La pobreza es una situación tan asumida y cotidiana como la salida del sol cada mañana; de ahí que sólo sea noticia destacable el día señalado en el calendario o cuando las consecuencias derivadas de sus zarpazos alteran de manera trágica y significativa la indolente e inmoral normalidad con la que transcurren días, meses y años. Esta semana hubo un aluvión de información sobre el incendio ocurrido en Barcelona en un precario refugio utilizado por cuatro personas que, lamentablemente, no lograron salir con vida del mismo. Y, dada la evolución económica y social del momento, es probable que la accidentalidad experimente un incremento en el hogar, el trabajo y la vía pública, ya que la merma generalizada de los recursos tiene una incidencia negativa en la prevención de riesgos en distintos ámbitos (el hogar, el trabajo o la vía pública). Un informe de la Alianza Europea para la Seguridad Infantil (plan de acción) señala la existencia de una firme relación entre bajo poder adquisitivo y mala salud e indica que el riesgo que tienen los niños de fallecer a causa del fuego in Inglaterra y Gales es dieciséis veces más alto en el caso de pertenecer a familias trabajadoras sin cualificación. O sea, no es lo mismo vivir en una casa con instalaciones eléctricas y/o de gas que presentan unas condiciones de conservación y mantenimiento adecuadas, que habitar en una chabola a la luz de las velas; no es igual trabajar en un entorno laboral donde priman la formación, calidad y seguridad, así como los objetivos a largo plazo, que trabajar en un ambiente con elevado nivel de precariedad y desconsideración; y hay notables diferencias entre llevar a cabo labores de control y preservación de aceras, calzadas o parques infantiles, o entrar en la senda del deterioro progresivo. A perro flaco todo son pulgas. El problema de las pulgas puede ser tratado con pastillas, inyecciones o sprays, y el de la pobreza con educación, trabajo y fuertes dosis de valores humanos.