domingo, 26 de junio de 2011

Una mascarilla efectiva

Magazine (La Nueva España)>cartas del lector

Al leer el artículo de Quim Monzó (12/VI/11) que hace referencia a la escasa consideración mostrada por los cadáveres de los soldados caídos en combate en siglos pasados, arrojados como arma infecciosa vía catapulta hacia el interior de los castillos, acudieron a mi mente imágenes publicadas últimamente en los medios de comunicación en las que podían verse cuerpos mutilados o con signos de tortura colgados de puentes como consecuencia de la rivalidad entre bandas mexicanas dedicadas al narcotráfico. Como recuerda Lucía Etxebarría en el mismo magazine, la naturaleza humana es depredadora, y cuando se ve contaminada por  tóxicos como la intolerancia, avaricia o sed de poder puede ser tremendamente despiadada y aterradora.  Para luchar contra los nocivos y destructores efectos originados por este tipo de contaminantes, la historia se ha encargado de dejar claro que no hay nada más efectivo que el uso de la mascarilla que filtra y protege a las personas contra los mismos:  una educación cuya base sea el respeto a los derechos humanos. Ojalá que, como también manifiesta Ángeles Caso, las generaciones más jóvenes sean capaces de obtener y consolidar una atmósfera social más depurada y saludable.