Lne.es » Cartas de los lectores(07/09/10)
Naimur Rahman, presidente de la Alianza para el Conocimiento Global (GKP), formada por organizaciones de todo el mundo y cuya misión fundamental es el aprovechamiento de las tecnologías de la información y comunicación para lograr un progreso mundial más equilibrado, manifiesta en una entrevista que, si el conocimiento y la información son un derecho elemental, Internet debería ser accesible a todas las personas.
Ciñéndose al ámbito nacional, por ejemplo, Internet se ha convertido en una herramienta prácticamente imprescindible en la enseñanza (elemento fundamental para la prosperidad de la población), y hay muchos escolares en el país que, al carecer de conexión en la vivienda, tienen mayor dificultad para recabar datos, resolver ejercicios y realizar satisfactoriamente buena parte de los trabajos solicitados en las aulas. Es decir, los conocimientos y resultados académicos pueden verse muy condicionados por los ingresos económicos familiares, siendo esta situación aún más problemática en las localidades que presentan unas infraestructuras y servicios públicos de comunicación insuficientes o deficitarios.
Si la intención de las compañías de telecomunicaciones es cobrar en función de la utilización o uso de la red, ¿podrían pronunciarse aún más las posibilidades de desarrollo entre naciones y ciudadanos? ¿Deben procurar o facilitar los estados el acceso a internet de toda la población?
En siglos pasados se consiguieron importantísimos avances sociales tales como la implantación de sistemas sanitarios o educativos públicos de carácter general, y en este siglo, el horizonte no puede ser dar pasos atrás en cuestiones como, por ejemplo, la igualdad de oportunidades.
Si la intención de las compañías de telecomunicaciones es cobrar en función de la utilización o uso de la red, ¿podrían pronunciarse aún más las posibilidades de desarrollo entre naciones y ciudadanos? ¿Deben procurar o facilitar los estados el acceso a internet de toda la población?
En siglos pasados se consiguieron importantísimos avances sociales tales como la implantación de sistemas sanitarios o educativos públicos de carácter general, y en este siglo, el horizonte no puede ser dar pasos atrás en cuestiones como, por ejemplo, la igualdad de oportunidades.