Aunque pueda resultar inverosímil, parece que la escolarización de los niños está llevando a algunos padres a adentrarse en el apasionante mundo de la investigación y el espionaje.En ciertas provincias y sobre todo en algunas ciudades españolas se están produciendo casos un tanto novelescos, pues, para conseguir plaza en los centros de enseñanza preferidos (predominantemente concertados), hay familias que aplican la honesta regla del todo vale. El uso o empleo de técnicas como la acreditación de una minusvalía falsa, el divorcio de conveniencia o el falso empadronamiento ha dado lugar a que padres que se sienten perjudicados por semejantes farsas acudan a la contratación de detectives privados para recabar pruebas y denunciar las irregularidades cometidas. Determinados progenitores pretenden que sus vástagos reciban una educación ejemplar en el colegio y, sin embargo, en casa les enseñan cómo obtener beneficios personales cometiendo fraudes.
