sábado, 25 de agosto de 2012

Escepticismo ciudadano

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Se dice que, para alcanzar el nivel de servicios y prestaciones públicas existentes en los países nórdicos, la presión fiscal debería ser más elevada; aspecto lógico si la recaudación obtenida es gestionada con eficacia, honestidad, transparencia y responsabilidad social.
En cambio, hay indicios como para pensar que estamos bajo los efectos de un fenómeno de compleja explicación y asimilación por parte de la población, pues, mientras se crean nuevas tasas o impuestos e incrementan los existentes, la asistencia del Estado disminuye, viéndose aumentado el número de personas dependientes de las ayudas percibidas a través de asociaciones u organizaciones no gubernamentales. Es decir, las que entran y aparecen menguadas.
Casi cinco años de teorías, diagnósticos y amargas recetas aliñadas con innovadores eufemismos, y la realidad social cada día presenta peor cara. Por ello, no es de extrañar la proliferación de la desafección y el escepticismo entre la ciudadanía respecto a las políticas aplicadas en estos últimos tiempos bajo la promesa de detener y corregir semejante dinámica.