El Montañes>Opinión>cartas del lector
Somos millones de ciudadanos en este país los que, dedicando buena parte de la vida a trabajar honestamente, contribuimos vía impuestos a financiar el desarrollo y sostenimiento del ahora amenazado modelo social calificado como estado del bienestar. Y, sin embargo, con excesiva e indeseada frecuencia, las páginas de los periódicos dan cuenta de nuevos casos en los que se denuncia o desvela la deslealtad y traición ejercida por políticos y/o cargos públicos que, sin pudor ni cargo alguno de conciencia, introducen la mano en la caja de la comunidad para lucrarse y satisfacer sus particulares intereses. O sea, mientras muchas personas trabajan expuestas a las inclemencias del tiempo, o recorren el asfalto para que las mercancías estén cada día en su lugar, o se pasan las noches fuera de su hogar para elaborar productos o prestar servicios de..., unos cuantos personajes disfrazados de servidores y amantes del interés general llevan a cabo acciones que, no sólo suponen un freno para el progreso cualitativo y cuantitativo del sector sanitario, educativo, laboral, etcétera, sino que siembran y extienden la desconfianza y el desafecto del pueblo hacia el sistema democrático. Tolerancia cero, tarjeta roja y castigos ejemplares, que ya está bien de que nos fastidien y roben.
Somos millones de ciudadanos en este país los que, dedicando buena parte de la vida a trabajar honestamente, contribuimos vía impuestos a financiar el desarrollo y sostenimiento del ahora amenazado modelo social calificado como estado del bienestar. Y, sin embargo, con excesiva e indeseada frecuencia, las páginas de los periódicos dan cuenta de nuevos casos en los que se denuncia o desvela la deslealtad y traición ejercida por políticos y/o cargos públicos que, sin pudor ni cargo alguno de conciencia, introducen la mano en la caja de la comunidad para lucrarse y satisfacer sus particulares intereses. O sea, mientras muchas personas trabajan expuestas a las inclemencias del tiempo, o recorren el asfalto para que las mercancías estén cada día en su lugar, o se pasan las noches fuera de su hogar para elaborar productos o prestar servicios de..., unos cuantos personajes disfrazados de servidores y amantes del interés general llevan a cabo acciones que, no sólo suponen un freno para el progreso cualitativo y cuantitativo del sector sanitario, educativo, laboral, etcétera, sino que siembran y extienden la desconfianza y el desafecto del pueblo hacia el sistema democrático. Tolerancia cero, tarjeta roja y castigos ejemplares, que ya está bien de que nos fastidien y roben.
