jueves, 18 de noviembre de 2010

Caminar con equilibrio y armonía

La Nueva España>Opinión>cartas del lector

Extender el manto del recelo y la sospecha sobre la comunidad de sacerdotes y profesores de religión por los abusos o desmanes que, a título individual, hayan cometido o cometan determinados integrantes del colectivo, es desproporcionado e injusto. Relacionar a los católicos con la intolerancia o beligerancia debido a la hostilidad mostrada por ciertos creyentes y religiosos hacia otros ciudadanos que viven y actúan conforme a ideales diferentes a los suyos, es desacertado e incierto. Vincular laicidad con agresividad o animadversión hacia lo religioso como consecuencia de la arbitrariedad y afrenta contenida en las opiniones o declaraciones de personas o grupos concretos, es erróneo e improcedente.
Hay laicos que colaboran desinteresadamente con organizaciones católicas como Cáritas o Manos Unidas, curas que trabajan conjuntamente con organizaciones sociales de carácter no religioso, cristianos que contraen matrimonio con una pareja agnóstica, ateos que guardan una profunda y sincera amistad con ciudadanos que acuden diariamente a la iglesia..., en definitiva, la sociedad camina con equilibrio y armonía porque, afortunadamente, predomina la razón y el respeto hacia la diversidad o diferencia. Y es de esperar que así sea por mucho tiempo.
.