El Comercio>Opinión>cartas del lector
La respuesta del ministro de Educación
publicada en la prensa 'todo el mundo tiene
problemas para pagar según qué cosas', no parece la más convincente y afortunada que
puede ofrecerse ante una pregunta sobre la dificultad que tienen muchas
familias para hacerse cargo de los costes derivados de los estudios de sus
hijos, pues, ¿es ello una cuestión cualquiera? Es evidente que no,
ya que desde el propio ministerio se alude a la necesidad de establecer cambios
en la educación con la pretensión de mejorar los resultados obtenidos por los
estudiantes españoles en el Programa Internacional de Evaluación de Estudiantes
(PISA) realizado de forma periódica. Sin embargo, si el factor económico llega
a convertirse en un pasaporte con el que acceder a la formación y el
estudio, ¿cuántas personas pueden verse desplazadas, limitadas o
con serías dificultades para aprender y desarrollar sus capacidades?
Distinto sería si se tratarse de
acudir a cursos de conducción de limusinas o patrón de yates.
¿No es preferible, por ejemplo,
facilitar libros de texto a quienes no disponen de recursos, que llevar a cabo
gastos superfluos y evitables como podrían ser los originados con las
inauguraciones o la propaganda institucional destinada al autobombo?