viernes, 2 de marzo de 2012

Ruta lineal

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Podría decirse que fui espectador y protagonista pasivo del progreso político, económico y social habido durante la Transición española, etapa en la que muchas familias comenzaban a liberarse y a dejar atrás las cuentas pendientes del mes en la tienda de comestibles, en la que los ciudadanos acudían a las urnas para elegir a los representantes democráticos, en la que las calles de los barrios sustituían charcos e inundaciones por asfalto y colectores. En definitiva, una luz con tonalidades de emancipación y bienestar había empezado a introducirse por las ventanas de millones de hogares, una corriente de aire fresco aportaba oxígeno en una atmósfera apesadumbrada y empobrecida. Aun teniendo momentos de ralentí o parada, está en manos de todos que la ruta social emprendida desde entonces sea lineal, porque el destino de las rutas circulares es de sobra conocido.