Pocas palabras pueden decirse acerca del enorme horror y dolor ocasionado por las guerras y las miserias del ser humano cuando se tienen delante fotografías que retratan la crueldad y el desamparo sin anestesia o edulcorante alguno, imágenes que oprimen el corazón y erizan el alma, como algunas de las contenidas en el reportaje titulado Historias de largo recorrido (Magazine del 4 de marzo de 2012). Reconozco y aprecio el talento profesional de Gervasio Sánchez, pero, sobre todo, valoro y aplaudo su coherencia y calidad humana, su inequívoco y fiel compromiso en pro de la razón, equidad y felicidad global. Con ideas impregnadas de sensibilidad y lucidez y acciones limpias, el mundo tendría un rostro más afable y hospitalario. Sería estupendo quedarse sin escenarios que den lugar a exposiciones fotográficas sobre dramas como son la pobreza, el abuso y el enfrentamiento armado.
