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Desconozco los motivos que llevan a ciertas
personas a pronunciarse en favor de finalizar sin contemplaciones con el
doblaje de las películas de cine y series televisivas, apostando por la visión
en el idioma original con subtítulos en castellano (textos traducidos que
tampoco responden con exactitud a los originales), aunque opino que es una demanda
que muestra bastante indiferencia hacia los ciudadanos que, por diferentes
circunstancias personales, verían reducido de manera significativa el
abanico de opciones cinematográficas y televisivas existentes en la
actualidad. De otro lado, y tal como comentaba un actor de doblaje en un
programa de radio, imaginemos que se trasladara esa misma propuesta al terreno
de la literatura, limitando la edición de una obra al idioma en el que
fue escrita. Antes de coger las tijeras de exquisitez y lanzarse a hacer
recortes en la tela de la oferta cultural, parece recomendable un poco de
reflexión y prudencia.