La Voz de Cádiz>Opinión>cartas del lector
El Norte de Castilla>Opinión>cartas del lector
Opinión A Coruña>Opinión>cartas del lector
Da igual la edad, el sexo, la raza, las creencias religiosas o las
inclinaciones políticas de cada cual; es indiferente que la profesión ejercida
sea la de fontanero, arqueólogo, mecánico, cirujano o periodista; no importa si
se reside en una pequeña aldea agrícola, un pueblo pesquero, una villa
turística o una ciudad industrial; es irrelevante ingerir carne y pescado
o tener una alimentación basada en los vegetales; y también da lo mismo tener
como afición el aeromodelismo, la ópera, el fútbol o el ajedrez. Los efectos de
la corrupción son perniciosos tanto para el bienestar de la mayor parte de la
población como para el desarrollo de la democracia, y el tratamiento político y
social a aplicar ante una infección (causada principalmente por las bacterias
de la codicia, la indecencia y la impunidad) extendida por el organismo
estatal, debe ser a base de compuestos educativos, coercitivos y de
control. Contra la corrupción, el antibiótico de la intransigencia y el rechazo
inequívoco de la ciudadanía.