martes, 29 de diciembre de 2015

Mirarse al ombligo

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Hay tantas interpretaciones sobre el desenlace de las elecciones generales como formaciones políticas se presentan a las mismas, sin embargo,  el mensaje dejado por la ciudadanía en las urnas, lejos de estar cifrado,  parece expresar con suficiente claridad el deseo mayoritario de llevar a cabo remodelaciones en el entorno político, económico y social. Es como si los ciudadanos hubieran cogido el tradicional botijo de la transición democrática y, cansados  ya de una silueta conocida y erosionada e insatisfechos con la incapacidad del mismo para ofrecer un caudal de bienestar adecuado a las necesidades de la mayoría, decidieran enviarlo al taller de remodelaciones, adaptaciones y mejoras. El resultado electoral desvela que las  alabadas  reformas y medidas acuñadas con la denominación de origen de la austeridad, así como la notable acumulación de sedimento putrefacto en las cloacas políticas e institucionales, han obtenido  la desaprobación y el suspenso del conjunto de la población.  Hay que vivir  ajeno a lo que sucede en la calle, con la mirada clavada en el ombligo, para pensar que florecería el visto bueno a una realidad oscurecida. ¿Sancionar a quien busca comida en los contenedores cuando la desigualdad social entra en una fase de insalubridad pública?