jueves, 5 de febrero de 2015

Lo de toda la vida

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¡Qué gracioso!, con lo pequeño que es! Es una expresión normal al ver a un niño que, ajeno al mundo, manipula con cierta soltura y se encuentra absorto ante la pantalla de un teléfono móvil o una tableta electrónica. Sin embargo, cada vez son más las opiniones y estudios médicos que previenen acerca de la utilización de este tipo de aparatos por parte de los menores de tres años  al considerar que, lejos de aportar beneficios educativos,  pueden afectar de manera negativa  al desarrollo emocional, a la capacidad de aprendizaje, a la socialización y a la motricidad. O sea, aunque las nuevas  tecnologías pueden mantener muy entretenidos a los  pequeños y tranquilos a los adultos,    las recomendaciones consisten en menos trasero sentado y juego virtual y más  palpar, oler, desarmar, explorar, correr, tropezar, hacer trastadas, ensuciarse y enredar con otros niños en el parque. Lo de toda la vida, vamos. Lógicamente, la cuestión tampoco consiste en alejarlos de los dispositivos electrónicos como si fueran minas antipersona, sino que, tal como ocurre con otras muchas materias, aquí también hay que tirar de balanza.