Un aspecto de la alimentación al que se alude con relativa frecuencia es el referido al desayuno de nuestroa jóvenes, a la conveniencia de ingerir una cantidad suficiente y variada de alimentos que les permita afrontar la jornada escolar en buenas condiciones físicas e intelectuales. Tras el intercambio realizado entre una chica inglesa de 13 años y nuestra hija, he descubierto que no es un problema nacional, sino que se extiende más allá de nuestras fronteras, incluso donde creíamos que concedían una especial importancia a la primera comida del día. Fue una sorpresa ver que el supuesto tiempo que la chica iba a destinar al desayuno, era ocupado en otra importante tarea: maquillarse.
Cuando leí el artículo “Condenadas a ser muñecas” (Magazine del 17/04/11), recordé una revista dirigida al público adolescente de la cual habían llamaron mi atención dos artículos dirigidos a las chicas en los que, bajo los títulos 'Prepárate para deslumbrar en clase' y 'Triunfa todo el curso', se proponían distintas pautas infalibles para arrasar y dejar huella el primer día de instituto como, por ejemplo, abrir una cuenta en una red social para colgar solo las fotos donde una sale estupenda; potenciar la delantera o el trasero con un modelito «mega cañero», ellos 'flipan'; elegir el escote perfecto para tapar las posibles marcas del biquini o depilarse las piernas. O sea, continuar apostando por valorar a la mujer en función de sus capacidades decorativas o su atractivo físico. ¿No supone esto un obstáculo en el camino hacia la igualdad de sexos?
