viernes, 18 de marzo de 2011

Los riesgos residen en otras dependencias

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Crecimos en el mismo barrio, compartimos aulas, parques, calles y otros espacios comunes. En unos casos hubo más o menos amistad, relación o roce; en otros, simplemente, sabíamos de nuestra existencia. Comenzaron a flirtear con la que prometía diversión y nuevas sensaciones y acabaron en una continua, obsesiva y desesperada carrera exenta de reglas que tenía como único objetivo abandonarse en los brazos de su reina y pesadilla: la heroína. Son tantas las causas o circunstancias personales o sociales que pueden distorsionar la vida de una persona, que no resulta fácil entender los porqués del rechazo vecinal a la ubicación en la zona de instalaciones destinadas a la prestación de servicios que tratan de asesorar, ayudar o cubrir las necesidades básicas de personas sin hogar, en tratamiento por adicciones o en proceso de reintegración social.