viernes, 18 de marzo de 2011

El problema fundamental

La Nueva España>Opinión>cartas del lector
Ahora que toca ahorrar gasto energético y viendo que las ideas al respecto brotan como las setas en otoño, un vecino que está en el paro me decía el otro día que, aunque no tiene problema en rebajar la velocidad en la carretera, ya que su economía no le permite tener coche, él tenía algunas ideas y, sobre todo, mucha disposición y entusiasmo para, a la mayor brevedad posible, comenzar a poner en marcha la que considera su idea estrella por el alto grado de eficacia demostrada en el ahorro de energía y lo saludable que resultaba la práctica de la misma. Aunque también indicaba que existían un par de obstáculos a salvar: por un lado, animar a su pareja, pues sin su inestimable y necesaria participación el proyecto quedaría acumulando polvo en un cajón de la mesilla de noche; tendría que convencerla para apagar la calefacción, el televisor y las luces una hora antes de lo acostumbrado y, bajo la romántica luz de una vela, introducirse en la cama para darse calor y placer mutuamente. Por otro, y de mayor envergadura, que las preocupaciones derivadas de la falta de trabajo no le bajaran la libido que hace falta para tales menesteres.
Evidentemente, el incremento del precio de los combustibles no ayuda a nuestra economía, pero el problema fundamental ¿no es la alta tasa de paro y la precaria situación económica que aprieta con intensidad a tantas familias?